"Ha sido la culminación a una brillantísima temporada y en el mejor escenario posible. Me alegro fundamentalmente por los chicos, porque merecen mucho la pena", afirmó ayer Emilio Larraz, entrenador del Zaragoza B, tras haber conseguido el ascenso a Segunda B en La Romareda.

El filial zaragocista se impuso al Trival Valderas (3-1) merecidamente pese a no realizar el buen juego de otros encuentros. "También cuentan los nervios. A los jugadores les ha pesado el escenario y la presión de verse un poco ganadores por obligación. Nos hubiera gustado darle más fútbol a la afición, porque este equipo ha jugado bien durante toda la temporada, pero no se puede pedir todo. Solo con la entrega de los chicos y el ascenso creo que no hemos defraudado a nadie", dijo Larraz.

El Zaragoza B ha conseguido esta temporada los dos objetivos que tenía: ascender y ceder jugadores al primer equipo. Hasta siete de ellos han actuado a lo largo del curso con el Real Zaragoza. "Tenemos la enorme satisfacción del deber cumplido, porque entre todos los que rodean al equipo hemos sido capaces entre todos de mentalizar a los chavales de que cuando estás en un filial lo que es innegociable es jugar con el corazón. La gente tiene que ver que tienes ilusión y que tienes hambre por ser futbolista", afirmó Emilio Larraz.

"El ascenso les da la seguridad de que podemos confiar en ellos", dijo Larraz, quien añadió: "La única dedicatoria solo puede ser para los chicos, porque son los que han trabajado al máximo todo el año y los que se merecen que creamos en ellos".