Las Ligas de fútbol base han estado a punto de cambiar. Para algunos equipos, los masculinos, estas modificaciones no tendrían prácticamente consecuencias. Sin embargo, algunos equipos femeninos, para bien o para mal, se han visto implicados en este asunto. La Federación Aragonesa de Fútbol modificó un artículo del reglamento el pasado mes de agosto en el que se prohibía que equipos con una participación de niñas por encima del 20% compitiesen en Ligas masculinas. Esta semana, el Gobierno de Aragón ha instado por carta a la FAF para que regrese a la situación anterior.

Detrás de esta modificación hay algunos clubs femeninos que apoyaban el cambio «porque las niñas no quieren jugar con chicos o contra chicos, porque van a la categoría masculina más baja y aun así les meten goleadas y hay un desfase tanto físico como de concepto de fútbol», resume Asunción Gil, coordinadora del CD Cuarte y que, como mujer futbolera, se ha puesto a la cabeza de este movimiento. «Queremos dar visibilidad al fútbol femenino y animar a las niñas a jugar, porque si juego con chicos, con el comportamiento de los chicos, los padres gritando en la grada y cada fin de semana me meten diez o quince goles, me desmotivo», asevera.

A principios de esta misma semana, la DGA instó a la federación a modificar o anular este artículo que ha sido también criticado por algunos grupos políticos como Podemos EQUO Aragón o Izquierda Unida en las Cortes. Pero aquí las protagonistas son ellas. Las niñas aragonesas que anteriormente jugaban contra niños en Ligas federadas hasta los trece años, edad a partir de la cual accederían a categorías territoriales absolutas. Así lo explica Enrique Barbanoj, coordinador del Peña Ferranca de Barbastro: «Aquí las niñas de hasta esta edad jugaban en una categoría comarcal, que permitía hacer desplazamientos asequibles a los pueblos de alrededor y competir contra equipos de chicos de fútbol ocho».

El barbastense afirma que si se diese esta modificación anteriormente citada «las niñas de categoría cadete podrían jugar con otras de infantil, con cuatro años de diferencia entre las más pequeñas y las más mayores» y, al haber menos equipos femeninos de estas categorías, lo harían en una Liga autonómica que les obligaría desplazarse hasta la capital turolense para enfrentarse al Teruel CF-Atlético: «Los padres no están por la labor de viajar», sentencia. En el club hay otros equipos de niñas de menor edad que no se han planteado inscribir en esta Liga, sino que se inscribirían en competiciones escolares, probablemente de fútbol sala.

Las competiciones

Asunción Gil también da importancia a estas Ligas territoriales. «A partir de los trece años juegan en una competición en la que podría haber mujeres de hasta 99. Soy educadora y eso me parece una aberración», asevera. Si las niñas solo pudiesen jugar con niñas, habría dos Ligas autonómicas femeninas en las que tendrían que inscribirse los equipos de fútbol base femeninos. Una de ellas englobaría las categorías benjamín y alevín, mientras que en la otra convivirían las infantiles y cadetes. Podrían unirse algunas de las que ahora, con trece años, juegan en categoría absoluta regional para volver al fútbol ocho en vez de competir once contra once. El Fraga, el Peña Ferranca, el Huesca, el Peñas Sariñena, el Peñas Oscenses, el Teruel, el Olivar, el Cuarte, el Prados del Rey y el Garrapinillos tendrían equipos para competir en alguna de estas dos categorías.

También el Zaragoza CFF, pero este club fue quien impugnó que «la modificación de la Federación era ilegal y que era una vergüenza llevarla a la asamblea», recordó a este diario Rubén Alcaine. El vicepresidente del club reprocha que «estas Ligas limitan la capacidad de elección de las jugadoras, pero no las de los jugadores» y añade que la modificación «obliga a jugar a fútbol ocho y en Ligas exclusivamente femeninas». También habla de la gran diferencia de edad que existe entre unas niñas y otras dentro de estas Ligas, aunque tampoco le parecen la solución adecuada las Ligas territoriales con tanta diferencia de edad. Alcaine explicó que el club «no está en contra de las Ligas femeninas, sino de que sea una obligación competir en ellas».

Con obligación o sin ella, y a expensas de la situación sanitaria, esta temporada se avanza hacia componer tres Ligas femeninas de categoría base. Las dos nombradas anteriormente y, como defiende Asunción Gil, «una Liga juvenil que fuese el camino hacia la territorial, de fútbol once, y en la que podrán inscribirse esas niñas que tienen desde 13 hasta 19 años y no quieren jugar con mujeres», concluye. De esta forma el fútbol femenino está cambiando en la comunidad, aunque todavía no está claro el camino que tomará en el futuro, con voces a favor y en contra de las Ligas mixtas en un debate que esta semana ha llegado incluso a las Cortes de Aragón. El deporte base todavía no ha comenzado la temporada y está por ver en qué condiciones puede hacerlo debido a la situación sanitaria. Y si las chicas podrán jugar con los chicos o solo con chicas.