Era lo previsible. El Zaragoza se dio un festín de goles ante un rival netamente inferior. El Alcorisa, que milita en Regional, puso toda la fe y las ganas, pero no pasó de recoger el balón de las mallas de su portería, tantas veces que ni el marcador dio abasto --sólo llegó hasta once--. Víctor, que quiso ver algún mérito en la victoria de su equipo por el juego de bloque desplegado, no pudo sacar ninguna conclusión ante un enemigo tan pequeño, aspecto que por otra parte ya tenía en cuenta. De hecho, el técnico no hizo ningún cambio. Jugaron los que no habían sido titulares en el ensayo ante el Juvenil, lo que deja bien a las claras que el último bolo de pretemporada se lo tomó como un entrenamiento más. Eso sí, no fue igual por el gran ambiente en las gradas, ya que la visita del Zaragoza fue todo un acontecimiento para Alcorisa.

Los 2.000 aficionados que acudieron al José Roca mostraron desde el principio su apoyo a los dos equipos, tanto que el Zaragoza figuraba por error como local en el marcador del campo. Sin embargo, conforme fueron cayendo los goles, la parroquia ya apostó decididamente por empujar al Alcorisa para que llegara un tanto del honor que no se produjo.

DOCE MINUTOS Ese fue el único aliciente en el final del choque, que como es lógico empezó algo más igualado por la efervescencia del equipo turolense. Así, el Zaragoza tardó doce minutos en abrir el marcador por medio de Villa. Pero desde ese momento, el Alcorisa fue oponiendo cada vez menos resistencia. García Granero y Cani, muy activos por las bandas, desbordaban una y otra vez. Así, el primero dio los centros de los tres siguientes goles, dos de Movilla y otro de Javi Moreno, que se estrenó como goleador en esta pretemporada. El ariete valenciano marcaría otros tres más, el último de ellos desde 40 metros, que levantó la ovación de la grada. Villa no se dejó ganar en ese pulso y acabó anotando cinco dianas, una más que su compañero en la vanguardia. Movilla, con tres (todos con la zurda), Capi, de cabeza, y Cani, en jugada personal, cerraron la lista de arietes.

Y el partido dejó poco más. Constatar si acaso la solvencia de Zapater en la medular, y también que Zaparaín fue el espectador con mejor visión en el José Roca. "Casi podrían haber venido sin portero", decía un aficionado en la recta final del choque, justo antes de que Carlos II rozara el tanto del honor que evitó Capi bajo los palos. Como en años anteriores, el resultado era lo de menos. Lo importante fue que Alcorisa disfrutó con la visita del Zaragoza, aunque hubiera sido más conveniente hacer ésta un poco antes, y no a sólo tres días de disputar un título oficial ante el Valencia.