Al Madrid le falló su seguro de vida y cedió el liderato al Valencia en Anoeta. Iker Casillas, el salvador tantas veces del equipo blanco, protagonizó anoche ante la Real Sociedad (1-0) la actuación más desafortunada que se le recuerda. Condenó con ello a los madridistas a la tercera derrota en la Liga en un partido en que ninguna de sus estrellas estuvo a la altura de las circunstancias.

Un desatino del guardameta de moda pudo abrir las puertas del marcador a la Real. Kovacevic se le adelantó para cabecear en el saque de una falta a cargo de Gabilondo, el balón le cayó a Nihat a un metro de la línea de gol y el turco remató por encima del larguero sin Casillas bajo palos pero con los dos centrales encima. A la tercera acertó por fin a neutralizar por sus propios medios una ocasión realista a pies de Nihat.

Ronaldo, desaparecido en la primera mitad, fue el primer atacante blanco en dejarse ver en la segunda. Le siguió Raúl, que volvió a rematar mal un centro de Zidane desde la izquierda. Fue un arranque de verticalidad que cerró Salgado con un empalme a pase de Roberto Carlos que llevó el balón a la grada. Parecía que el Madrid se hacía con el mando cuando Casillas volvió al centro de los focos. Lo hizo para quedar retratado en una jugada de Nihat por la izquierda; centró el turco e Iker, presionado por Kovacevic, despejó de la peor manera posible para dejar que el balón quedara a pies de Karpin, que marcó desde el punto de penalti sin que nadie le molestara lo más mínimo (m. 63).

La capacidad de reacción del conjunto blanco simplemente no existió. Con Xabi Alonso ya en el campo, la Real volvió a tener la solidez del principio y, lejos de atrincherarse, se soltó más en ataque. Hasta el punto de que Kovacevic pudo marcar el segundo gol en un remate que Salgado sacó bajó el larguero.