El Atlético de Madrid cerró ayer un acuerdo con el Real Madrid para el fichaje del centrocampista Marcos Llorente, pendiente del reconocimiento médico del futbolista, que firmará por las próximas cinco temporadas con su nuevo equipo. El equipo blanco se embolsará unos 40 millones. A las 13.00 horas, prácticamente a la vez, ambas entidades lo hicieron oficial. «Es un excelente pivote defensivo, con notoria capacidad de anticipación e intuición para interceptar pases rivales», destacó en su recibimiento el Atlético de Madrid, una vez completada la negociación, después de las intensas conversaciones de los últimos días.

Marcos Llorente, de 24 años, ya había sido deseado por el Atlético en el pasado. Su fenomenal temporada en el Alavés en la campaña 2016-2017, cedido por el Real Madrid, atrajo el interés del equipo rojiblanco en su contratación, imposible en cualquier caso por aquel entonces porque el club blanco lo recuperó para su primera plantilla. Ahora sí ha conseguido su incorporación. Su poco protagonismo en las alineaciones titulares en los dos últimos años en el Real Madrid, aún más residual con Zinedine Zidane como entrenador, han acelerado su salida. En dos cursos ha jugado 36 choques, 25 de titular, entre el técnico francés, Julen Lopetegui y el argentino Santiago Solari, el que más confianza le dio en el once blanco.

Con la vuelta de Zidane, su salida estaba asumida. No entraba en los planes del técnico para y estaba en el mercado, con el interés suscitado en numerosos equipos. Y con el Atlético muy atento, más allá de si Rodrigo Hernández seguía o no en el club. No lo hará. Eso generó aún más necesidad para fichar a Marcos Llorente. En el Atlético ya jugaron su abuelo materno, Ramón Grosso, cedido por el Madrid en la 63-64 para salvar al equipo del Metropolitano del descenso a Segunda, y su padre, Paco Llorente, en el curso 86-87, antes de irse al Madrid. Por otra parte, Raúl González dirigirá al Castilla en Segunda B.