Lo dijo nada más pisar el corralito, ese pequeño recinto en el que entran nada más ganar. Ahí donde se abraza con los suyos. Ahí donde vuela para acabar en los brazos de los suyos. Ahí donde se hacen la foto de rigor, ahora ya, él y todos los suyos, con las dos manos abiertas ("diez, diez, ¡enseñar los diez deditos!", les gritó) para poder decir que son ¡10! Ahí fue donde Marc Márquez, que ayer igualó a Michael Doohan (Honda, 1997), último en ganar las diez primeras carreras de una temporada, dijo con su risita: "Ha sido una carrera para quemar el pescadito de todo el verano".

No podía ser otro quien consiguiese ese precioso cuarteto de ceros, de récords. Ese 10 de 10 que entierra al mítico Doohan. Esa pole número 100 de un español en la categoría reina. Esa victoria 100 de un español en la máxima cilindrada. Y, por supuesto, ese triunfo 500 español en un Mundial.

Y todo, todo, gracias a sus manos y a la sabiduría de su divertido equipo. Todo gracias a su superioridad y a su destreza para saber administrar, controlar, gestionar y radiografiar la carrera. "De nuevo, cómo no, Marc tenía algo más que nosotros; de nuevo, cómo no, Marc tenía algo guardadito y, en cuanto yo y Jorge (Lorenzo) le hemos dado opción al pelearnos cinco curvas por la segunda plaza, se ha escapado, ha retorcido el puño, ha sacado las decimitas que tenía guardadas y se ha ido". Ese es el retrato que hizo Valentino Rossi del Indy-2014, de la victoria diez, del chico 10.

LA ESCAPADA Márquez explicó que cuando quiso escaparse de ellos "empezó a moverse y vibrar el tren delantero". Así que lo mejor "era calmarse y esperar". Dejó pasar algunas vueltas sin perder de vista al trío y sabiendo que tenía detrás a Lorenzo y Pedrosa. "Cuando me he acercado a Rossi, he apretado y, entonces, ha empezado a moverse el tren trasero. Pero he pensado 'Marc, esto es lo que hay y es hora de pelear'. He tirado duro, he visto que las dos Yamaha se molestaban y me he escapado".

En esos dos giros se vieron varios de los mejores momentos de este año. Como Vale se resistía a Jorge; como Lorenzo está ya de vuelta tras haber trabajado muy duro en vacaciones y como Márquez tiene, aún, unas decimitas de más y, sobre todo, por qué no reconocerlo, un hambre insaciable que le hace pensar que puede ganar las 18 carreras. "Es muy, muy, muy difícil, porque algo raro siempre acaba ocurriendo a largo de tantos meses y entrenamientos".

En Moto3, nadie ha peleado tanto, tanto, tanto, por una victoria en el Mundial de motociclismo como el vasco Efren Vázquez. Este bilbaíno de 27 años no pudo celebrar mejor el matrimonio que conquistando su primera victoria mundialista tras 116 grandes premios de pelea y ocho años de patearse el campeonato de las dos ruedas. Es un tipo con coraje y un enorme corazón, como Álex Rins, que fue quinto tras salir desde muy atrás. En Moto2 ganó Kallio, seguido de Maverick Viñales y con Tito Rabat en la cuarta plaza.