Neymar inauguró el Mundial en Sao Paulo el jueves y Messi abre hoy, a la medianoche, las puertas de Maracaná. El 10 brasileño se apuntó un doblete para engrasar la clasificación de Brasil, restituyendo también su maltrecha imagen de la temporada en el Barça. A ese listón se enfrenta también el 10 argentino, aunque la hoja de servicios en el Camp Nou sea más meritoria en números que en sensaciones.

Neymar es el referente de la millonaria hinchada amarilla y a las piernas de Messi se aferran los miles de argentinos que empezaron a aparecer por Copacabana, siempre prestos a echar un partidillo en la playa. Debuta Argentina, debuta Messi en el que es su Mundial por la edad que tiene (cumpirá 27 años el 24 de junio), ante Bosnia-Herzegovina, otro rival balcánico como el que tantos problemas puso a Brasil, rescatado gracias a la mano que le echó un árbitro japonés, como se encargaron de recordar los argentinos. Un hispano, el salvadoreño Joel Aguilar, mediará en el duelo ante el cuadro bosnio. Es el único debutante en el Mundial, y no por eso es el rival más flojo del torneo. Ni del grupo E. El honor recae en Irán, que se enfrenta a Nigeria en el desolado hogar de la selección española: Curitiba.

UNA ESTRELLA "NACIENTE" Es el tercer Mundial de Messi. Condicionado por un desmesurado halo protector de José Pékerman en Alemania-2006, donde no jugó ni un minuto en la eliminación por penaltis en los cuartos de final ante Alemania, y por la falta de respuestas propias y ajenas en Sudáfrica-2010 (otra vez la caída en cuartos, de nuevo ante Alemania, por un sonrojante 0-4), la cita de Brasil-2014 se erige en la idónea para que Messi obtenga lo único que le pueden reclamar quienes discuten su inclusión en el olimpo de los cuatro grandes al lado de Pelé, Maradona, Di Stéfano y Cruyff. Los dos últimos, por cierto, nunca ganaron un Mundial.

"Nunca dudé de que era una estrella naciente, siempre soñé que sería lo que es ahora", dijo Pékerman, ahora seleccionador de Colombia, anteayer. Diego Maradona, el tutor de hace cuatro años, nunca ha renegado de Messi ni siquiera en los momentos de declive de esta temporada, pese a que no le brindó ni un gol en Sudáfrica. El seleccionador Alejandro Sabella, el tercer hombre, en el tercer Mundial, sabe que todo pasa por Leo.

LA REFERENCIA Lo sabe Sabella y lo saben todos los jugadores. "Messi es nuestra referencia. Es el capitán y vamos a hacer todo lo posible para ayudarle", explicó el central Ezequiel Garay. La Pulga dirige un ataque extraordinario (Agüero, Higuaín, Di María, Lavezzi), pero la defensa es el talón de Aquiles de Argentina. Sabella ha practicado con una defensa de cinco hombres, como Holanda, que pondrá en práctica ante Bosnia.

Tratándose del primer día, lo más prudente es apuntarlar la seguridad a la espera de que el genio decida delante. Sergio Kun Agüero será el acompañante de Messi. El retoque táctico implicará la suplencia de Gonzalo Higuaín, que ha sido titular habitual desde que Sabella se hizo cargo de Argentina, pero que arrastraba problemas físicos en los últimos partidos. Bosnia no alterará sus planes para controlar a Messi. Safet Susic aseguró que no había diseñado ningún marcaje especial.

"Messi a veces desaparece y parece no participar en el juego, no sacrificaré un jugadr por él", explicó el entrenador balcánico. Además, argumentó, su libertad de movimientos por el campo podría alterar el orden defensivo que Susic considera imprescindible para dar la sorpresa.