Un velo de silencio envuelve la salida del alero mallorquín Álex Abrines de los Oklahoma City Thunder. El equipo de la NBA confirmó el sábado, poco antes de enfrentarse a los Rockets, que rescindía su contrato sin entrar en más detalles.

Abrines, que afronta en este curso la última de las tres temporadas que firmó con los Thunder tras salir del Barça en el verano del 2016, apenas ha jugado desde diciembre. El club habló primero de una enfermedad, un problema vírico, y cuando se extendió la ausencia del jugador se refirió a «problemas personales», que nadie ha desvelado. El comunicado del club habla de despido, aunque algunas fuentes aseguran que la salida se ha producido de mutuo acuerdo.

El técnico Bill Donovan tampoco quiso hablar, aunque hace poco menos de una semana fue algo más preciso con respecto al jugador español. «Honestamente vamos día a día con él y continuamos apoyándolo. Está alrededor del equipo, pero todavía está luchando por algunas cosas y no puede estar aquí».

Esta campaña el alero de 1,98, solo ha disputado 31 encuentros, con una media de 5 puntos y 1,5 rebotes en 19 minutos. Desde el pasado 23 de diciembre solo ha aparecido en dos encuentros: seis minutos ante Orlando el 29 de enero y nueve minutos contra los Heat el 1 de febrero.

La decisión de los Thunder abre un periodo de 48 horas para que pueda firmar por cualquier otro equipo de la NBA. Una vez pasado ese tiempo, tendrá libertad para fichar por cualquier club. Sus derechos en Europa pertenecen al Barça Lassa. Mientras, Marc Gasol debutó con los Raptors.