El español Rafael Nadal, número uno mundial, pasó como un vendaval por encima del italiano Fabio Fognini, que se vio apabullado desde el primer al último juego de estos octavos de final del Masters 1.000 de Miami, que acabaron en 62 minutos con un diáfano 6-2 y 6-2. Nadal se enfrentará en cuartos al canadiense Milos Raonic (n.12), que eliminó en estos octavos al alemán Benjamin Becker por 6-3 y 6-4.

El partido mostró la peor versión del italiano, capaz de lo mejor, pero también de cometer diez errores no forzados en los tres primeros juegos que dejaron en bandeja a Nadal una ventaja que ante el mallorquín es prácticamente imposible de recuperar. Para empezar, le rompió el servicio sin pestañear, en apenas un minuto, y después le endosó un juego en blanco con su saque, para volver a repetir 'break'.

OBJETO SOSPECHOSO

Mientras el italiano daba muestras de su irregularidad y escasa cabeza fría, el español ofrecía una imagen totalmente opuesta, serio, concentrado y con un plan ideado para aprovechar las debilidades de su rival, ya desesperado en el cuarto juego. El español desplegó un amplio repertorio de golpes, alternando bolas profundas con otras cortas para evitar que el italiano entrase en la zona de confort y sacase todo el talento que atesora, que es mucho, tal y como ha demostrado en este inicio de temporada, en la que ha llegado a octavos en el Abierto de Australia, fue finalista en Buenos Aires y ganó en Viña del Mar.

El partido, que tuvo que ser retrasado unos minutos por la aparición de un paquete sospechoso en la puerta principal del Centro de Tenis de Crandon Park, que obligó a la policía a acordonar la zona hasta que comprobó su contenido, lo tenía todo para que fuese otro paseo para Nadal, que ya liquidó sus dos partidos previos en Miami en apenas una hora.

Y es que a pesar de poner en juego apenas el 69% de sus primeros servicios, Nadal ganó en blanco sus cuatro juegos del primer set. Y así no hay forma de tener la más mínima opción de sorprender, y no lo hizo. Acabó 6-2.

NADAL, EN RACHA

Nadal, que ya había ganado los tres enfrentamientos previos con Fognini, aunque en el último de ellos, en octubre pasado en Pekín, pasó por apuros, iba a lo suyo, a dar un paso más para ganar su primer título en Miami, mientras el italiano comenzaba su particular "show" de gestos, miradas y palabras a la grada y mucha desesperación.

El guion del segundo set apenas varió, tras la rotura inicial, Nadal volvió a poner tierra de por medio (4-1) ante un italiano que continuamente se encontraba entre la espada que suponía el español y la red.

Tras estas tres cómodas victorias en Miami (Hewitt, Istomin y Fognini) todo apunta a que la espalda del mallorquín está en perfecto estado y que aspira a todo en Miami y en la temporada europea de torneos.

RAONIC, UN RIVAL PELIGROSO

"Fabio ha jugado puntos buenos, pero muchos puntos malos", comentó Nadal al término del partido. "Ha sido un partido extraño, pero yo tenía que estar concentrado en lo mío, serio y cometer pocos errores. Hay veces, cuando el rival está de esta manera, que uno tiende a echarse atrás y poner la pelota en juego, lo que hubiera sido un error".

Sobre su próximo rival, Nadal señaló que "Raonic es uno de los mejores sacadores del circuito, es un jugador muy peligroso. La única forma de ganarle es estar muy concentrado con mi servicio, no tener fallos tontos con el saque, jugar agresivo, moverle en la pista, que es la única manera de tener el partido en mis manos".