La operación Oikos sigue dando que hablar después de que saliesen a la luz las declaraciones del expresidente del Huesca, Agustín Lasaosa, y del que fuese jefe de los servicios médicos del club oscense, Juan Carlos Galindo. En su declaración ante el juez, ambos comentaron la existencia de un «pacto de caballeros» en el partido entre el Huesca y el Nástic de la temporada pasada que vencieron los tarraconenses por la mínima. «Lo que ocurrió son cosas entre futbolistas o entre jugadores que quizás se hablan o podrían también estar relacionadas con el estado de forma. Nosotros veníamos de ascender en Lugo y estuvimos toda la semana de fiesta. Nos ganaron bien ganados y no ocurrió nada», declaró Lasaosa. El expresidente reconoció que no tuvo contacto con la plantilla durante el desarrollo de dicho partido. «No hablé con el entrenador ni con los jugadores, cuando he bajado al vestuario ha sido para todo lo contrario, para incentivar a la plantilla con alguna prima por ganar», añadió el oscense.

Por otra parte, Galindo reconoció que no «tenía conocimiento» de un supuesto amaño del partido pero que «el pacto entre caballeros» era un «murmullo» en el vestuario y que «había que respetarlo». «Había situaciones de enfrentamiento entre los jugadores porque había algunos que querían respetarlo y otros que no. Mantuvieron alguna reunión pero nosotros estábamos completamente ajenos. Cuando salté al campo, sé que había murmullo pero no sé si el partido estaba amañado», aclaró el exmédico de la entidad azulgrana.

Lasaosa y Galindo negaron estar involucrados dentro de una organización encabezada por Raúl Bravo y Aranda que se dedicase al amaño de partidos a través de las apuestas deportivas. «Sé lo que ha aparecido en los últimos años en la prensa. Yo he trabajado junto a la Liga de Fútbol Profesional y hay un runrún con este tema pero no puedo decir directamente que estos señores se dedican a tal», subrayó Lasaosa. Ambos admitieron no conocer físicamente a Bravo y a Aranda y que solamente les conocen por su trayectoria deportiva. El expresidente aclaró la inexistencia por parte del club oscense de una deuda de 100.000 euros a Aranda, que habría utilizado a Íñigo López como intermediario. «No me consta que se les deba nada. ¿Qué se le va a deber a Raúl Bravo y a Carlos Aranda si no tienen ninguna relación con el Huesca?», analizó.

Incluso, Lasaosa podría haber sido coaccionado por no haber realizado el pago de dicha deuda. «El presidente recibió alguna amenaza. Parece ser que le querían reclamar una cantidad de dinero pero no sé de qué», destacó Galindo. Por último, el juez enseñó a Lasaosa la foto de un papel encontrado por la policía en el registro a su despacho en el que estaba escrito «préstamo Raúl Bravo y Aranda 125.000», que el propio expresidente desmintió que fuese de su escritura.