El argentino Leo Messi, autor de dos de los goles de su equipo (1-4), fue clave en la remontada y para que el Barcelona vuelva al liderato tras una jornada ausente, pero no para que los azulgranas retomen las buenas sensaciones en su juego ante un Sevilla con muchas ganas y con poca fortuna. Los visitantes, pese al desahogado resultado, pasaron muchas fatigas en la primera parte y en la segunda, tras el tercero, tuvieron que emplearse a fondo para que los rivales no se les subieran a las barbas.

Lo primero que tuvieron que hacer los dos equipos fue adaptarse a las condiciones del terreno, muy mojado por la lluvia, y a los extraños que pudiera hacer el balón. Quizá por ello, Martino dejó en el banquillo a Busquets y a Alves para poner a hombres de más corpulencia física como Montoya o Song, dado que Mascherano y Jordi Alba estaban sancionados y Carles Puyol se lesionó a última hora. Emery sacó a dos centrocampistas de cierre: Carriço e Iborra.

La formación andaluza entendió mejor el partido en su arranque y controló la situación ante un rival que, ofensivamente, no encontró la clave, todo lo contrario que el Sevilla, que al cuarto de hora vio el fondo de la portería de Víctor Valdés tras una gran jugada de Rakitic y remate último de Alberto Moreno. Cinco minutos después pudo ser peor para los visitantes porque un remate de cabeza de Bacca acabó con el balón repelido por el poste. La reacción del Barcelona llegó con un tanto de Alexis en fuera de juego y con el regreso del gran Messi. Dos goles seguidos suyos pusieron tierra de por medio y Cesc sentenció.