Juegue o no esta tarde, que salvo sorpresa gigante no lo hará, y se quede en la grada, si Álvaro está bien así será, o esté en el banquillo, Paredes ganó una pequeña batalla con su entrada en la citación para Lugo. Al final, Paco Herrera tiró de la escasez de efectivos, de una lista con 19 futbolistas y con Álvaro otra semana entre algodones por su dolor en el muslo, para justificar la citación del Jabalí. Sabía el técnico la opinión del club, que no quiere que él o Movilla vuelvan a vestir esa camiseta, una vez que José Mari ha puesto rumbo a Estados Unidos. Pitarch dejó la decisión, al menos de palabra, en el entrenador, pero no había dudas en su deseo, ni en el de otros de los colaboradores del director general, mucho más contundentes en su posicionamiento, de que Paredes no se subiera a ese autobús con el que anoche llegó a Lugo. Lo hizo, aunque ayer se quisiera revestir la decisión de un matiz de tranquilidad y normalidad en las oficinas del club.

Vuelve Paredes un mes y medio después de su última citación, ante el Murcia, justo antes del parón navideño y tras serle abiertas de par en par las puertas para que se marchara y con una demanda del jugador de por medio por impago ante la AFE. Apostó por quedarse pese a saber que iba a tener casi imposible jugar, pero su posición no fue tan beligerante, ni de lejos, como la de Movilla, que seguro que no volverá a vestir esta camiseta. Las lesiones de Arzo y Cortés, la pequeña interrogante sobre Álvaro y la falta de confianza de Herrera en los defensas del filial, además del propio instinto de supervivencia del capitán, hicieron el resto. El técnico tenía desde principio de la semana la idea de citar al Jabalí sabiendo que era la posición más difícil y que no iba a gustar esa postura en el club. Pero la mantuvo.

Se le preguntó primero si Paredes era el jugador 19, el que se quedará fuera, y Herrera ya lo dejó entrever con un "puede ser" para hablar después de las molestias de Álvaro en el muslo, donde se le hicieron pruebas el jueves: "Habéis visto que se quejaba un poco de la pierna, parece que en las lesiones nos ha mirado un tuerto. El problema de Álvaro es el mismo de siempre, unas molestias que no le permiten entrenarse bien pero que llega bien al partido con el descanso. Si no pasa nada raro lo normal es que esté, yo creo que va a poder jugar, pero somos 19 los que estamos y por eso vamos todos", dijo.

Sin embargo, el técnico no pudo eludir la pregunta directa sobre el asturiano. En su día y tras la demanda, aseguró que no los iba a convocar a los tres denunciantes mientras hubiera opciones de salir. Ahora, tocaba otro análisis y Herrera optó por una visión pacificadora, por dar un contexto de normalidad a la situación ya solo del Jabalí, porque Movilla está suspendido de empleo y sueldo y su caso es mucho más especial por el claro conflicto: "Pretendo que exista paz. La Liga avanza y necesitamos una comunión de todos. No sé si acierto o no, si va a gustar o no esa decisión, pero lo que quiero es normalidad de ahora en adelante respecto a la plantilla. Hubo aspectos que pasaron en su día y que no nos gustaron a ninguno. A unos por una cosa y a otros por otra. Pero hay que buscar un consenso. Si no, estaríamos así hasta el final".

El error de la demanda

Herrera cree que la denuncia por impago fue una determinación equivocada, un claro error de los tres futbolistas, pero también considera que, dadas las circunstancias, las lesiones y que Paredes no ha dejado de entrenar con el grupo --no juega desde noviembre en Eibar--, es importante manejar hoy la posibilidad de que pueda contar con él si hay algún contratiempo más. Eso sí, lo normal si no hay problemas con Álvaro es que el Jabalí sea el descarte. Y eso lo dejó claro el técnico zaragocista: "Si fuéramos 18 la decisión no sería la misma", sentenció, dejando claro que con el cántabro sin esas ligeras molestias Paredes no se habría ganado ese viaje a Lugo.