Lleva casi tres semanas como entrenador del Zaragoza y el discurso en cuanto a los posibles fichajes de enero ya se va perfilando. Si el club puede, Ranko Popovic abre la puerta a refuerzos. De la prudencia inicial, de la necesidad de valoración de la plantilla, el técnico pasó ayer a una petición, más o menos palpable, de fichajes. Siempre, claro, que el club pueda. "Siempre se necesita, aunque tuviéramos 30 en la plantilla. Yo trabajo con lo que tengo, trato de sacar el máximo rendimiento y de hacer un buen equipo. Si hay un futbolista que puede ayudar, que mejoras con él, que supone tener más banquillo, para no ir con 16 o 17 a un partido, para tener más opciones.... Es mejor fichar a alguien, pero no depende de mí, depende de las posibilidades", señaló el técnico.

Y esas posibilidades son las que son. Lo primero para el Zaragoza es cerrar el convenio con Hacienda, algo que espera hacer este mes, y después valorar las opciones con la Liga, con el control económico que tiene impuesto a los clubs. El Zaragoza, con una limitación de 18 fichas, ya sabe que salvo giro que nadie espera va a tener que dar alguna baja para poder fichar y que, en el mejor de los casos, el marco de los refuerzos sería tan bajo como en verano, con un margen muy estrecho en los salarios a ofrecer y siempre buscando cesiones o jugadores con la carta de libertad. Basha, cedido por el Sion, o Tato, sin apenas minutos, serían los principales candidatos a salir, aunque también está por ver la situación de Bono, portero cedido por el Atlético y que no ha jugado. Si su situación se mantiene así en enero, su salida es más que una posibilidad.

UN LATERAL

La prioridad para Víctor Muñoz en el mercado de fichajes era un lateral zurdo y, de hecho, el club tanteó la opción de Clerc, que se niega a salir del Espanyol pese a tener varias propuestas de Segunda. En principio, esa necesidad de refuerzo para la zona izquierda de la zaga se mantiene y un objetivo más secundario podría ser un centrocampista, sobre todo si es Basha el que se marcha.