Inglaterra necesitaba el empate y, a diferencia de España, ganó. Podía haber especulado con ese puntito, pero vio la experiencia del equipo de Sáez y optó por no sucumbir a la tacañería, con lo que se ganó el pase para medirse a Portugal el jueves. Se le presentó una dificultad al adelantarse Croacia en el marcador, y la superó antes de llegar al descanso. Otra vez el joven prodigio Wayne Rooney se erigió en el elemento decisivo y el hombre del partido, al anotar dos goles y evitar la sorpresa (2-4) de una Croacia que, esta vez, no pudo remontar.

Inglaterra obtuvo el premio a su paciencia. Lejos de alterarse por el prematuro gol de Niko Kovac (m. 5), jugó sin mirar al marcador ni al reloj. Sin precipitarse, como es tradicional en los equipos británicos, elaboró el juego con paciencia, construyendo cada ataque con un punto de parsimonia. Muy académica, mandó el balón de pie en pie y de banda a banda hasta que encontraba un hueco por donde penetrar. Croacia se replegó en cuanto marcó y lo pagó.

GERRARD SE IMPONE En la Eurocopa donde se esperaba a Beckham, está emergiendo la figura de Steven Gerrard. No es un desconocido el futbolista del Liverpool, pero tampoco se esperaba que se erigiera en el bastión del centro del campo inglés. Acorde con su función de mediocentro, es el armador del juego y la referencia a partir de la cual nace el ataque, relegando a Beckham a la mera función de lanzador de faltas y córners. Bien apoyado por Lampard, Gerrard interpretó bien las necesidades de sus compañeros, irrumpiendo por sorpresa en el área croata. Muy al estilo de Scholes, que confirmó su capacidad de llegar al remate desde la segunda línea.

También debía ser la Eurocopa de Owen y, sin embargo, es la de Rooney. No se le exigía al joven delantero del Everton que sacara las castañas del fuego como lo está haciendo. Ni que relegara a Owen al papel de aguador suyo. De momento, es el mejor realizador del campeonato, con cuatro goles en tres partidos. Nada más marcar el gol, los cánticos de "Tudor, Tudor" coreados por la hinchada croata, se transformaron en "Rooney, Rooney" de la otra mitad del estadio, que se repitieron cuando Eriksson, agradecido, le cambió para que le homenajearan.

INTENTO INFRUCTUOSO Croacia intentó repetir la gesta que logró ante Francia. Como si necesitara verse apurada para reaccionar --ayer no tenía otro remedio que ganar para entrar en los cuartos--, apareció en la reanudación con otra pinta. El veterano Otto Baric (71 años) pobló al equipo de delanteros (Mornar y Olic) y vació el centro del campo y la defensa. O volvía a remontar el marcador o caía con estrépito, como así sucedió ante el jolgorio inglés.

Pero Baric, que hoy de regreso a casa abandonará el cargo de seleccionador, debía correr el riesgo de conducir el encuentro a un va y viene. Y frente a una Inglaterra que juega con una laboriosidad muy pocas veces vista, sucumbió llevándose dos goles más, aunque Tudor pregonó al mundo que el fútbol es para los valientes. Croacia se marchó con cuatro goles, pero cayó con más dignidad que España el día anterior.