Valentino Rossi (Yamaha) lanzó un "¡vivaaaaa!" prolongadísimo cuando vio que, en el último segundo del entrenamiento de ayer en Welkom, aparecía en su monitor el 1.32.682 de Sete Gibernau (Honda), que dejaba al subcampeón del mundo a 35 milésimas de segundo del pentacampeón.

Era la confirmación de que Rossi había logrado la primera pole de la temporada, la más importante de su vida "porque viene precedida de un auténtico reto", aquella que le coloca en cabeza de un pelotón repleto de Hondas y que convierte el GP de Suráfrica (11.15 h., TVE-1) en el más atractivo de los espectáculos.

Al margen de lo que ocurra hoy en Welkom, donde Honda intentará amargarle la carrera, la vida, el triunfo, la gesta, a Rossi, lo sucedido ayer fue, como recordó el propio protagonista, "toda una lección, una clara demostración de que el elemento más importante en las carreras es el piloto y no la moto; porque el piloto es quien desarrolla, mejora y hace ganar a la moto. Honda, ahora, ya sabe que lo que cuenta es el piloto, no la moto".

Mientras Andrea Dovizioso (Honda, 125 cc) y Randy de Puniet (Aprilia, 250 cc) dominaban los entrenamientos de las otras dos cilindradas, sin dar demasiadas opciones a los españoles. Pedrosa fue cuarto. "Honda haría bien en confiar más en Sete y Biaggi", insinuó ayer Rossi. "Existe un equipo prioritario para Honda, lo sé y lo acepto", lamentó ayer Sete, que añadió: "La única forma de cambiar esto es salir a ganar".