Carlos Sainz persigue este fin de semana en Bakú sus primeros puntos de la temporada y una oportunidad de romper con una mala suerte que mantiene su casillero a 0. No terminó las carreras de Australia y Baréin y fue decimocuarto en China. «Ya vendrá», apuntó optimista en Shanghái.

Sainz está satisfecho con el trabajo de su nuevo equipo. Tiene «paciencia» y sigue «confiando» en sí mismo mientras espera su primer buen resultado del año sobre su McLaren Renault.

En un Gran Premio impredecible, con tres ganadores distintos -Rosberg, Ricciardo y Hamilton- en las tres ediciones disputadas, irrumpe el hambre del finlandés Valtteri Bottas, a quien el pasado año negó la gloria un inoportuno pinchazo, postergando su primer triunfo en la Fórmula Uno.

El piloto de Mercedes, campeón de la prueba inaugural de la temporada en Australia, regresa a Azerbaiyán acomodado en la segunda plaza de la clasificación general de pilotos. Apenas 6 puntos le separan de su compañero y defensor del título, el británico Lewis Hamilton, triunfador en 2018 en el circuito urbano de Bakú merced al infortunio de Bottas.

La cuarta prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 reabrirá la lucha que ambos mantienen por el liderato, en posesión de Lewis Hamilton por un estrecho margen. El inglés ganó en Baréin y también en China y aspira a extender su racha en este Gran Premio.