De hoy no puede pasar. Arrastrado por el clima pasional que se vivió en el Príncipe Felipe el pasado viernes y por una victoria rotunda y convincente, el CAI Zaragoza buscará esta tarde darle la puntilla al Plasencia. Un nuevo triunfo colocaría al equipo de Alfred Julbe en las semifinales y un escalón más cerca de la Liga ACB, el reto por el que trabaja el club desde su nacimiento. A unas horas de su celebración, el partido aparece en el momento idóneo, con el Plasencia castigado moralmente por un golpe violento y difícil de encajar por su contundencia, y con el CAI reforzado en su confianza tras firmar un encuentro brillante.

La situación es la ideal y sólo la euforia mal entendida y la confianza desbordada pueden convertir en una pesadilla lo que se presume que sea una fiesta. En ella, el CAI ha vuelto a reservar una butaca de honor para su afición, que volverá a llenar el Príncipe Felipe y cuyo papel es, otra vez, principal. Si el equipo siente tan de cerca y de forma tan constante su aliento, sus gritos de apoyo, todo será más sencillo y la victoria encontrará menos obstáculos. La consigna es clara: la plantilla no quiere volver a Plasencia y la afición, que es sabia, entenderá el mensaje.

EL OBJETIVO El reto que tiene esta tarde el CAI Zaragoza es de enorme envergadura. Motivos ha dado para creer que puede repetir una actuación tan completa como la del tercer partido, pero que sea una realidad volverá a depender de los jugadores y de Alfred Julbe, que le está ganando la partida de ajedrez de la eliminatoria a Dani García.

De un día para aquí, el plan no ha cambiado. El CAI saldrá en tromba, revolucionado para establecer diferencias lo más pronto posible, y con un patrón perfectamente definido: defensa implacable, asegurar el rebote y correr, correr y correr. En esa idea de juego es vital la presencia de Rocky Walls, que realizó una portentosa exhibición de poderío bajo el aro el viernes pasado. En el americano nace todo y Ciorciari, con su capacidad imaginativa al contragolpe, es quien lo culmina en perfecta asociación con jugadores como Lescano, Sabaté o Esmorís. Cuantas menos veces juegue el CAI en estático, mejor resultado obtendrá.

ANULAR A GIANELLA Si el equipo puede ejecutar su plan, tocará la victoria con la punta de los dedos. Y, si a ello añade una buena defensa sobre Gianella, sólo una catástrofe le privará de sellar su pase a semifinales. El conjunto extremeño, cuya trayectoria es ejemplar y un modelo a seguir en la Liga LEB por su tino con los fichajes y el posterior rendimiento de los mismos, tiene una dependencia extraordinaria del base argentino, un jugador talentoso y al que siempre gusta ver jugar. El viernes pasado, Ciorciari le cogió la medida a su defensa. Si lo vuelve a hacer, el Plasencia está perdido.

Porque, salvo que cambien mucho las cosas, Trelonnie Owens no aparecerá por la eliminatoria, como no lo ha hecho hasta ahora; Terrence Stewart sufrirá la persecución de dos maestros de la defensa como Lescano y Sabaté; y Guillem Rubio no es argumento suficiente para derribar una torre tan alta y con una ambición tan grande como el CAI.