Se dice, se repite y se recalca hasta la extenuación en el Huesca que solo vale la victoria, que si no las opciones de permanencia se quedan reducidas a la mínima expresión. Pero hay que cumplirlo y el equipo altoaragonés, ayer ante el Rayo Vallecano, no lo logró tras empatar (0-0) en un duelo aburrido hasta su parte final. Sigue sin ganar, algo que no hace desde hace siete partidos, y asomándose cada vez más al precipicio.

Así, entre muchas esperanzas y pocos hechos, se ha llegado a un punto de no retorno: o milagro o a Segunda. Quedan cinco partidos, 15 puntos, y la distancia oscilará al final del día entre los siete y los ocho dependiendo de lo que hagan hoy el Villarreal y el Levante. Se necesita un prodigio para seguir en Primera.

Se jugaban la vida el Rayo Vallecano y el Huesca y el triunfo era la única alternativa de ambos para tratar de que no se apagase la llama de la esperanza. Paradójicamente e incluso inexplicablemente, hasta los minutos finales no fue de verdad el Huesca a por el partido. Hasta entonces, la puesta en escena fue pobre e impropia de un equipo al que se le escapa el tren de Primera.

Contemporizó demasiado, se mostró dócil y el Rayo quiso siempre más. Solo Santamaría y la falta de precisión de Raúl de Tomás, algo a lo que no acostumbra, dejaron vivos a los azulgranas hasta que el choque se volvió un correcalles de jugadores sin cabeza, extenuados y guiados solamente por el corazón.

La primera parte fue aburrida, demasiado tosca, con exceso de balones aéreos, poco juego, con abuso del cuerpo a cuerpo y muy poca calidad. El Huesca esperó tratando de no cometer errores y posiblemente aguardando un fallo defensivo del Rayo, pero no le forzó a ello y, si no se busca, difícilmente se acaba encontrando el premio. Bebé avisó al cuarto de hora con un pase filtrado de Pozo, que fue un incordio hasta que le aguantó el físico, pero el extremo mandó el balón a las nubes. Álex Moreno dio otro susto en un mano a mano desbaratado por Santamaría, aunque era fuera de juego, y De Tomás remató alto de cabeza una falta. Del Huesca, ni rastro más allá de cinco minutos en los que se desperezó, pero sin llegar. Faltó actitud ganadora a raudales.

Opciones al final / Jugar con fuego puede implicar quemarse y al Huesca muy poco le faltó, tanto que el extintor salvador fue el palo. Etxeita despejó muy mal y flojo un centro lateral y Pozo, con toda la portería delante, le pegó al palo desde el punto de penalti para alivio oscense.

Y en la segunda mitad, el aliado fue el VAR, que anuló con justicia un gol de Raúl de Tomás por fuera de juego en el inicio de la acción. El ariete se adelantó a Etxeita para empujar el servicio raso desde la izquierda de Álex Moreno, pero la tecnología corrigió el error arbitral anulando el tanto rayista. Poco después, Mantovani evitó yendo abajo con todo que el propio De Tomás marcase en un calco de la jugada.

64 minutos tardó el equipo oscense en tirar a puerta, al menos con cierto peligro, pero Enric Gallego no acertó en semifallo a marcar desde el suelo y su escorzo se fue lamiendo el palo de Alberto. Entonces, como le suele ocurrir al Huesca, despertó cuando se vio apretado por el reloj y Chimy pudo anotar tras cazar en la frontal del área un balón suelto en una pugna de Enric Gallego con Ba y su volea obligó a estirarse al meta del Rayo, que hizo una bonita intervención.

A diez del final, el no va más. Era el momento del todo o nada, de ir sin miedo a por el triunfo. Los dos equipos descolgaron a sus atacantes y el centro del campo dejó de existir. Era una ruleta rusa, con clarísimas opciones por los tremendos nervios de jugadores, banquillos y afición, pero con poca calidad y claridad. Santamaría se sacó de la manga un paradón a Tito que hubiera aniquilado a los azulgranas y permitió seguir a su equipo con un hilo de vida que estuvo a punto de ser una explosión de ilusión, porque después de todo, pudo ganar el Huesca.

Mario Suárez evitó que Chimy Ávila empujase el balón a la red en una contra clarísima tras una dejada de cabeza de Enric Gallego y, ya en el descuento, Etxeita se incorporó al ataque y llegó hasta casi la línea de gol, pero su remate con la tibia se perdió por el graderío ante el silencio de alivio general. Finalmente, otro empate, el cuarto consecutivo. Insuficiente, como los tres anteriores, y solo queda una cuenta válida, que es ganar los cinco partidos que quedan, empezando el martes con el Eibar, y esperar pinchazos. Solo así llegará el milagro.

RAYO VALLECANO 0

HUESCA 0

-Rayo Vallecano: Alberto García, Tito, Abdoulaye Ba, Gálvez, Álex Moreno, Medrán (Álvaro García, m.65), Mario Suárez, Embarba, Pozo (Di Santo, m.79), Bebé y De Tomás.

-Huesca: Santamaría, Miramón, Etxeita, Pulido (Mantovani, m.46), Javi Galán, Herrera, Moi Gómez, Melero (Cucho Hernández, m.62), Ferreiro, Chimy Ávila y Enric Gallego.

-Árbitro: González González (Comité Castellanoleonés). Mostró la cartulina amarilla a los locales Medrán, Tito y Raúl de Tomás y a los futbolistas visitantes Enric Gallego y Melero.

-Incidencias: Partido correspondiente a la 33ª jornada de Primera División disputado en el Estadio de Vallecas ante 10.541 espectadores.