El lucio se mantiene al acecho, normalmente en las orillas, pegado en las aneas o camuflado bajo la vegetación subacuática. Pasa por ser el gran depredador ya que se alimenta de otros peces, cangrejos, ranas, ratones o incluso de sus propias crías, de ahí que puedan alcanzar los 20 kilos de peso.

Su escenario hídrico ideal se encuentra por debajo de los cinco grados, sin que la temperatura del agua sea extremadamente fría. Quieto y oportunista se muestra activo cuando necesita comer, y lo hace a través de un ataque muy rápido y mortal gracias a sus afilados colmillos.

El lucio es un cazador instintivo y solitario cuanto mayor es su tamaño y edad. Es tan veloz que llega a alcanzar los 90 km/h y resulta infranqueable para sus víctimas, convirtiéndose en uno de los predadores más rápidos en aguas interiores. De lento crecimiento, su vida se puede alargar hasta los 30 años, siendo los machos algo menores que las hembras, 1 metro por 1 y medio, respectivamente. Es el llamado tiburón de agua dulce .

Técnicas deportivas

La pesca de esta especie se realiza con diversas técnicas, entre ellas, el lance mediante señuelos artificiales de todo tipo, como por ejemplo, la cucharilla ondulante . En la actualidad existe también un interesante movimiento para su captura y suelta a través de la técnica de cola de rata en la cual se viene utilizando una curiosa variedad de imitaciones o moscas para su captura. Las cañas suelen ser más robustas y resistibles que las utilizadas habitualmente para la trucha.

Otro de los condicionantes a la hora de su búsqueda viene dado por la época más adecuada para su captura. Entre los meses de noviembre y abril suele ser el periodo ideal, a lo que habría que sumar unas condiciones de luz algo nubladas. Sin embargo, no hay que descartar el resto del año ya que su inapreciable movilidad y su escasa visibilidad van en función de las condiciones meteorológicas y del nivel de las aguas.

"Mi último montaje ha sido una imitación de alevín de lucio con dos anzuelos en tándem de pluma de cuello de gallo blanco, chenill y fibras artificiales variadas. La cabeza está confeccionada con foam y la lastra con epoxy. Tiene aleta, dorsales y ventrales", explica Fernando Bernat, ganador del trofeo a la mejor imitación en el simposio de Gurrea de Gállego.

Los nuevos aficionados a esta modalidad --muy diferente a la técnica de salmónidos-- siguen buscando sobre las aguas de los ríos y embalses aragoneses el ansioso encuentro con este esócido.