El Atlético de Madrid se proclamó ayer campeón del XXXIV Trofeo Ciudad de Zaragoza-Carlos Lapetra tras ganar al Real Zaragoza con absoluta facilidad (0-2). El mayor oficio de los rojiblancos, que presentaron en el estadio de La Romareda un conjunto más acorde a sus verdaderas posibilidades, terminó imponiéndose sin problemas a un rival plagado de suplentes y de jugadores del filial. El Atlético sentenció el encuentro con dos goles muy rápidos en el comienzo del segundo periodo. A los dos minutos de la reanudación abrió el marcador Salva al transformar un penalti cometido sobre él mismo por Fernando Soriano y sólo cuatro minutos más tarde Alvaro Novo, de un disparo raso desde dentro del área, puso la sentencia definitiva.

Víctor Muñoz puso en escena a Savio como único titular en el once inicial del Real Zaragoza. Luciano Martín Galletti también iba a actuar de salida, pero se resintió de unas molestias musculares durante el calentamiento y después ya no jugó. Su plaza fue ocupada por Juanjo García Granero, quien, a pesar de ser zurdo y verse obligado a desenvolverse por la banda derecha en el centro del campo, hizo las únicas cosas interesantes del primer periodo por parte local. Oscar, que no había jugado desde que cayó lesionado en la pretemporada, mostró algún destello de su calidad, pero poco más. El resto ofreció un tono muy gris.

El primer periodo transcurrió con más pena que gloria. El Zaragoza no pudo y el Atlético de Madrid no quiso nunca pisar el acelerador. Por eso, Zaparaín y Cuéllar vivieron con bastante placidez la primera mitad, aunque las dos únicas ocasiones con verdadero peligro fueron creadas por los rojiblancos. Ambas llevaron el sello de Salva Ballesta, quien, en contra de lo habitual, remató fuera, una vez de cabeza y otra con la pierna derecha, cuando se encontraba en una buena posición para batir la portería zaragocista. Oscar, en el minuto 34, realizó, con un cabezazo, el único remate con un poco de intención en todo el primer tiempo por parte del bando local.

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