Amorrortu ya sabe lo que es ganar en La Romareda. En las dos ocasiones que debió coger las riendas del Athletic empezada la temporada (para sustituir a Irureta en la 94-95 y a Stepanovic en la 95-96) tuvo que rendir visita al estadio zaragocista y, en la primera de ellas, a sólo diez días de que el equipo aragonés jugara la final de la Recopa, logró un contundente triunfo por 1-4. "Cómo me voy a olvidar de aquel partido. La verdad es que el resultado fue muy excesivo a favor nuestro, porque tuvimos mucho acierto ofensivo. No era fácil ganar al Zaragoza por entonces, porque tenía un gran equipo y aquel día jugaron bien, aunque en el Athletic también estaban Valverde, Alkiza, Guerrero...", recuerda. No tuvo la misma suerte al año siguiente y su segunda visita a La Romareda se saldó con derrota mínima (1-0). "Los dos equipos necesitábamos esa victoria, pero decidió el gol de Poyet".