Eusebio Unzué lo cogió en un aparte. La escena sucedió en el interior del autocar del conjunto Movistar. "Mira, Alejandro, tú eres un ciclista atacante; defender te cuesta. Así que en la crono es mejor para ti tener que recortar que amarrar. Te ganarás el podio y será una conquista". Valverde escuchó al mánager de su equipo. Explicaba Unzué que movió la cabeza, que lo entendió y que le gustó oír lo que le decía.

Valverde llegó a Bergerac, la tierra de Cirano (Hercule-Savinien) y de Tirano (Miguel Induráin) mojado como el resto de corredores, en otra jornada más propia de octubre que de julio. Dormía su equipo en Périgueux, donde termina la contrarreloj, y quiso recordar el trazado que ya hizo el mes pasado en bici.

Una prueba de la concentración, la seriedad y el empeño de un corredor de 34 años, que no puede fallar porque él, en el duelo por el podio de París, con la primera plaza amarrada por Vincenzo Nibali, es la figura contrastada que pelea contra un delfín que quiere crecer, Thibaut Pinot, y un corredor más veterano que él, Jean-Christophe Peraud, más bien sencillo sobre una bici de carretera pero que fue figura y medallista olímpico cuando destacaba como corredor de montaña.

De Bergerac a Périgueux hay 54 kilómetros, que engañan como supuesto territorio llano, "que son muy duros y por eso me gustan", según palabras de Valverde. Es el recorrido al revés y más corto donde Induráin dejó su marca para la historia hace 20 años y que le valió el apodo de Tirano de Bergerac. Valverde debe recortar dos segundos a Peraud y 15 a Pinot. Y si no pierde la concentración, si se mentaliza en que él es Valverde, ganador de una Vuelta, dos Dauphinés, dos Lieja-Bastoña-Lieja, dos Flechas Valonas, una Volta y cinco medallas en Mundiales tiene el podio a su alcance.

CAÍDA AL FINAL Los días de transición no existen en este Tour porque la lluvia se encarga de ello. Varios corredores se cayeron ayer, pero dentro de la zona de seguridad de los tres últimos kilómetros. Romain Gardet, Peter Sagan, Beñat Intxausti, entre los afectados, el líder Nibali, Pinot y Peraud, entre los que perdieron contacto, aunque ninguno fue penalizado. La caída benefició al fugado, el lituano Ramunas Navardauskas, que venció con el pelotón roto por detrás.