Anda prudente Valverde. Más que nunca, incluso. No se fía de nada. Ni, por supuesto, de nadie. Anda el entrenador del Barcelona extremando la prudencia al máximo, a pesar de que enfila las últimas curvas de la Liga con una ventaja más que considerable. Algo que habría firmado él mismo a inicios de esta temporada. Pero ni los 10 puntos de ventaja sobre el Atlético (segundo clasificado) o 12 sobre el Madrid (tercero) alteran sus planes. Tampoco la cercanía de la Champions, que asoma amenazante la próxima semana con la visita el miércoles 10 de abril a Old Trafford para medirse al United del renovado Solsjkaer. Nada modifica sus ideas.

La Liga no se detiene. Tras el trabajado triunfo sobre el Espanyol («nos costó mucho ganar», admitió Valverde después del 2-0), el líder visita hoy (21.30 horas) el estadio de la Cerámica, un lugar donde no ha perdido en los 12 últimos años. Pero ni así está tranquilo el técnico azulgrana. «Quedan nueve jornadas de Liga y si ganamos seis seremos campeones», recalcó el Txingurri, admitiendo, al mismo tiempo, que «todavía hay que remar mucho». Y puestos a remar, mejor hacerlo siempre con Leo Messi al frente del bote.

Ante las voces que reclaman descanso para el astro argentino, teniendo en cuenta además que arrastra desde antes de Navidad una pubalgia, Valverde tiene un plan. «Nunca hay un escenario idóneo para dosificar a Leo», argumentó el técnico azulgrana, quien concede idéntico valor a la cita contra el Villarreal que a los dos duelos que vendrán después. «Ya sé que la gente piensa en el Atlético de Madrid y en la Champions, pero le damos mucha importancia a este partido».

Tanta importancia le confiere al encuentro que no rota a nadie. Al menos en la lista de convocados. Luego, un par de horas antes de comenzar el encuentro, ya tomará la decisión definitiva. «Ahora cada partido es una especie de final para todos», recordó Valverde. Una final para el Villarreal, que malvive en la zona tenebrosa de la Liga, justo por encima de la zozobra del descenso. Ocupa la decimoséptima posición, con 29 puntos, solo uno por arriba del Celta del renacido Iago Aspas, rival mañana del Huesca, que marca ahora mismo la peligrosa frontera del descenso.

«Tenemos que ser valientes. Si jugamos con miedo lo lamentaremos», comentó Javier Calleja, el entrenador del club castellonense. Una final es también para el Barça porque cuanto antes resuelva la Liga más tranquilo podrá encarar Europa. «Todavía no hemos ganado nada, todo está por decidir. Ahora es cuando debemos estar más finos», subrayó Valverde. «Históricamente cuando el Barça ha ganado la Champions es porque ha ganado la Liga», añadió el técnico azulgrana.

Llega el líder al «momento culminante», según precisó Valverde, de la temporada con todo en su mano. «Es algo que motiva mucho a nuestra afición, a nuestros jugadores y a todo el mundo», ratificó ayer. Pero también anda avisado, después de lo que sucedió la temporada pasada en Roma. «Es una competición que te puede traicionar en cualquier partido o en 15 minutos malos que tengas en un día», afirmó el entrenador. De momento, hoy parada en Villarreal.