Además de la derrota ante el Cádiz, la semana arrancó con un enorme terremoto. El epicentro estuvo situado en las palabras de Jorge Pombo con los aficionados al término del encuentro ante el Cádiz sacudieron aún más los ánimos en el vestuario. Al día siguiente, el extremo pidió disculpas a sus compañeros, y la normalidad regresó al ambiente. Es ya un tema olvidado para la plantilla y el cuerpo técnico. De hecho, ayer Alcaraz destacó la «unidad» que hay en el vestuario zaragocista. «No es un aspecto que me preocupe porque no es un condicionante de los malos resultados que hemos cosechado. En ese sentido veo bien a los chicos y al resto del entorno del club», apuntó. Además, afirmó que todos los miembros del Real Zaragoza, jugadores, cuerpo técnico y directiva, «estamos trabajando al 200% para intentar solucionar esta situación. Por este motivo, la gente puede estar tranquila en cuanto a nuestro trabajo».

Asimismo, el técnico reiteró la confianza que el director deportivo, Lalo Arantegi, y el presidente de la entidad, Christian Lapetra, tienen en el proyecto que comanda el entrenador granadino, y eso es algo por lo que el equipo está «profundamente agradecido. Ahora es el momento de devolver ese apoyo con resultados».