La afición del Real Zaragoza respira ilusión. No es algo nuevo, es optimista por naturaleza, lo cual tiene un mérito enorme después de sufrir y padecer en sus propias carnes y en su propio corazón una temporada desastrosa y con un riesgo más que real de descenso a Segunda B. Pero el zaragocismo, como Víctor Fernández relató, es un sentimiento que no se puede ocultar ni dejar a un lado.

Por ello, prácticamente da igual la campaña de abonados. Al aficionado lo que le interesa es el precio que va a tener que pagar y poco más. Lo verdaderamente importante reside en lo que rodea al proyecto, tanto deportivo como institucional y, a falta de concretar los fichajes, el sentir general es que hay esperanza y confianza en que se puede hacer un gran año. Y el artífice principal, el nexo que conecta la afición y la ilusión, es Víctor Fernández.

Ismael Tornos, de la Peña Zaragocista de La Almozara, lo resume a la perfección: «Los zaragocistas siempre intentamos ilusionarnos y desde que Víctor dio la vuelta a la situación nos hemos ilusionado porque supone un plus». Solo su continuidad y el propio amor de los aficionados por su equipo ya son una garantía de que La Romareda volverá a rugir: «Somos zaragocistas y es una manera de vivir, así que no nos vamos a hacer socios o no por una campaña de abonados. Con Víctor Fernández vienen buenos recuerdos y la gente tiene esperanza porque es uno de los nuestros», afirma.

Sergio Odina, de la peña de Cuarte de Huerva, reconoce que es «un ilusionado por naturaleza» y, por tanto, «ya tengo ganas de que llegue el abono», como cada año. Él, como tantos miles de seguidores blanquillos, es un incondicional, pero sí que afirma que «el grado de ilusión de cara a la nueva temporada no puede ser el mismo porque Víctor Fernández es una leyenda». «La emoción que te da el mejor entrenador de Segunda es incomparable a uno que ya lo ha hecho todo en el fútbol como Alcaraz o que está ante la oportunidad de su vida como Idiakez», agrega.

Además, los integrantes de su peña están «muy pendientes de los movimientos dentro del club, de quién va a venir o irse o de que alguien dé un golpe junto a Alierta». Eso sí, hay un denominador común entre todos y es que la continuidad de Víctor «ha gustado a todo el mundo».

MÁS PEÑISTAS DE FUERA

Roberto Gonzalo, presidente de la Peña de Morata de Jalón, va más allá y, a pesar de estar en junio, cree que «este puede ser el año definitivo». Una de las claves es el entrenador del barrio Oliver, «porque se puede hacer un gran equipo con su estilo de juego». En su peña, además, ha notado la ilusión creciente y «que renueve Víctor ha sido algo importante». «Los abonados van a hacerse socios otra vez y hay gente que se va hacer nueva aquí», dice Gonzalo, lo cual tiene mérito tratándose de una localidad que está a 70 kilómetros de Zaragoza.

Por último, Rafael Estaje, presidente de la Peña Zaragocista de Garrapinillos, reconoce que «estamos curados de espanto» después de seis años en Segunda y camino del séptimo, pero sí que está «ilusionado como todos los veranos». «En la peña estamos contentos con la continuidad de Víctor y lo de Alierta es un aliciente».

Además, como en el caso de la peña de Morata de Jalón, en Garrapinillos la gente se ha empezado a interesar por la posibilidad de darse de alta y de ser socia y ya se ha formulado alguna inscripción. Y otro elemento que a veces se pasa de puntillas pero que Estaje subraya es la importancia de la cantera y que el juvenil sea campeón de campeones y de su grupo. «A la larga le vendrá muy bien al Real Zaragoza», resalta el presidente de la peña.