Cristina Palacín, presidenta de la Comisión de Cultura y Patrimonio de la Diputación Provincial de Zaragoza, presentó ayer la 21 edición de la Vuelta al Bajo Aragón de categoría cadete, que se celebrará los días 6, 7, 8 y 10 de agosto. El acto contó con la presencia de la alcaldesa de Caspe, Teresa Francín, cuyo ayuntamiento financia la prueba junto a la DPZ, y de José Garcés, presidente del Club Ciclista Caspolino, que la organiza. La carrera se estructura como las grandes rondas, con clasificación general, por equipo, de montaña, de metas volantes, de regularidad y de cadete de primer año.

En esta edición la vuelta se compone de cuatro etapas. En la primera, los corredores atravesarán desde el Monasterio de Rueda las poblaciones de Escatrón y Chiprana, además de los puertos de de Rueda y Vizcuerno, para llegar a la meta en Alcañiz. El sábado se disputará una contrarreloj por equipos con salida y llegada en Caspe. La tercera etapa comenzará en Sástago, discurrirá por Escatrón, Jatiel, la Puebla de Hijar, Hijar, Albalate del Arzobispor, Andorra, y terminará con la subida a la ermita de San Macario. La ascensión se complementará con el puerto de la Calzada y el alto de Rueda. La carrera concluirá el martes 10 con dos vueltas de ocho kilómetros a un circuito urbano con salida en La Puebla de Híjar y llegada en Caspe, durante el cual atravesarán Jatiel, Escatrón, y el alto de Los Planos de Escatrón. Todos los puertos son de tercera categoría.

Un total de 27 equipos, que suman unos 200 corredores, participarán este año. Contando con las familias de los ciclistas, ya que son cadetes, suponen una aflluencia cercana a las mil personas para las localidades bajoaragonesas. El presidente del Caspolino aseguró que las solicitudes de participación duplicaban las posibilidades de los organizadores. El prestigio de la prueba se refleja en el papel alcanzado por algunos de sus participantes anteriores: Cañada, Vicioso, Oscar Sevilla, y el mismo Escartín.