Es un recurso narrativo que hemos visto decenas de veces para representar el debate interior de un personaje: un ángel aparece en su hombro derecho aconsejándole que obre bien, mientras que un demonio en el izquierdo le empuja al mal. Aunque nos pueda parecer más o menos contemporáneo, tiene siglos de historia.

Ya en El Pastor de Hermas, una obra cristiana del siglo II que a punto estuvo de entrar en el Nuevo Testamento, se le advertía al protagonista que "hay dos ángeles en cada hombre: uno de justicia y otro de maldad". Los inversores también parecen contar con ángeles y demonios, que les empujan a vender y comprar.

Los primeros son los prudentes y cuando creen que el inversor está arriesgando su dinero en exceso le aconsejan deshacer posiciones para embolsarse las plusvalías latentes. Fueron los que entraron en acción tímidamente a medio sesión de ayer, moderando las subidas con que arrancaron las bolsas todavía animadas por las medidas anunciadas por el BCE.

Con todo, sus voces quedaron finalmente en nada ante la de los demonios, que empujan a asumir riesgos y comprar para aumentar las ganancias futuras. El Ibex 35, así, subió un 0,9%, hasta los 11.164,1 puntos, su nuevo máximo desde abril del 2010. Desde el anuncio de Draghi, ya acumula un alza del 3,8%. La prima de riesgo cayó a 120 puntos básicos, con el interés del bono a 10 años por debajo del de Estados Unidos.