Diez años han sido necesarios para que el mercado laboral aragonés enderezara el rumbo. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social y de paro, publicadas ayer por el Ministerio de Empleo, devuelven a la región a niveles de hace una década, justo después de la celebración de la Expo del 2008, un evento que retrasó varios meses la entrada de la comunidad en el abismo de la crisis económica. Hoy, Aragón suma 61.044 desempleados, casi la mitad de los que alcanzó en marzo del 2013 (116.855 personas) cuando el mercado laboral pasaba por su peor momento. Para encontrar una cifra similar de parados hay que retrotraerse a noviembre del 2008, fecha en la que se contabilizaron 62.441 aragoneses sin trabajo.

Las cifras de afiliación a la Seguridad Social también han seguido caminos paralelos a las del paro en Aragón. En junio se produjeron 8.296 altas y en el último año el número de afiliados ha crecido en 14.220 personas (+2,23%), lo que sitúa los inscritos totales en el sistema en 575.920 trabajadores, es decir, 2.000 más de los registrados en octubre del 2008, justo tras la conclusión de la Expo de Zaragoza. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer, ya que Aragón llegó a rozar los 600.000 afiliados a la Seguridad Social (junio del 2008) y redujo la cifra de desocupados hasta los 40.881 (junio del 2008).

Pero el mercado laboral ya no es el que era hace diez años. La economía aragonesa se ha terciarizado más todavía y el peso de las contrataciones temporales ha crecido en los últimos años. De los 235.346 contratos firmados en el primer semestre del 2018, solo el 10,14% fueron indefinidos. En las mismas fechas de una década atrás la cifra de contratos fijos alcanzó el 12,6%. Y eso, a pesar de la celebración de un evento con contratos con fecha de caducidad como la Expo. Otro de los cambios que se detecta está en las prestaciones por desempleo. Hoy hay 31.540 beneficiarios, es decir, la mitad de los parados recibe algún ingreso.