Fue la reina de la cirugía, pero con 35 años de experiencia, Corporación Dermoestética se retira. La empresa llegó a Portugal, Italia, Reino Unido e incluso hasta México; salió a bolsa, hubo de replegarse y al final, la semana pasada con una deuda a corto plazo de 15,4 millones de euros y un descenso de la facturación de 29 a 23 millones entre el 2012 y el 2013, la firma valenciana presentó un preconcurso de acreedores y un expediente de regulación de empleo (ERE).

El despido colectivo afectará a toda su plantilla, alrededor de unos 300 empleados (200 de ellos médicos especialistas) que trabajan en las 50 clínicas propias de la empresa repartidas en Portugal y España, una de ellas situada en Zaragoza.

Además del aspecto laboral, se calcula que el cierre de Corporación Dermoestética afectará a miles de sus pacientes, por lo que se está constituyendo una plataforma de afectados. La compañía realizaba operaciones de estética de todo tipo; desde tratamientos láser para el fotoenvejecimiento, blanqueamiento dental, depilación láser y trasplantes capilares, hasta liposucciones, aumentos de pecho, reducciones de estómago sin cirugía o introducción del balón intragástrico.

Con precios entre los 3.500 y los 4.000 euros, la empresa ofrecía varias modalidades de pago y algunos tratamientos podían financiarse en hasta 5 años. La plataforma intentará buscar soluciones para los clientes que hayan comprometido un crédito con la empresa y los que estaban pendientes de revisiones y seguimiento en el tratamiento, como es el caso de los pacientes de balón intragástrico.

Nacida en 1979, Corporación Dermoestética empezó su caída libre coincidiendo con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. En el 2013 dejó de cotizar en bolsa tras ocho años en el parquet. José María Suescun es el presidente y principal accionista con más del 90% del capital.