La paciencia se agotó. Los trabajadores de Delphi en Tarazona ya llevaban muchas crisis acumuladas sobre sus espaldas. Y los supervivientes que quedaban han entendido que "esto era el final", afirmó ayer el presidente del comité de empresa de la fábrica, Javier Alegría. La multinacional cerrará y se irá. El 97% de la plantilla se apuntó a la lista de bajas voluntarias incentivadas, lo que da vía libre a la empresa para echar el cerrojazo. Así se lo comunicaron ayer los responsables de la firma al comité de empresa en un breve encuentro (de apenas 20 minutos), en el que informaron del dato definitivo: 307 de los 320 empleados habían optado por aceptar las salidas. A cambio la empresa les indeminzará con 85 días por año trabajado hasta el 2007, y con 45 días a partir de enero de este año. Los que finalmente no se apuntaron a la lista también recibirán el mismo trato, según el comité. Las estimaciones de UGT señalan que la compañía deberá desembolsar 24 millones de euros para ejecutar el cierre.

Ahora la empresa deberá presentar el expediente de extinción de contratos ante la autoridad laboral y ejecutará el cierre de forma progresiva. La empresa afirmó ayer que el calendario "ya está planificado". No obstante, el cese definitivo de la actividad podría producirse antes del verano. "Solo nos queda esperar que el cierre sea lo más ordenado, tranquilo y pacífico posible. Y luego, a mirar hacia adelante", explicó Alegría.

560 DESPIDOS DESDE AGOSTO DE 2006 La última crisis de Delphi, en agosto del 2006, se saldó con el despido de 240 trabajadores. La firma anunció un ajuste laboral, pero a cambio Tarazona iba a concentrar la actividad de recambios de las factorías europeas. Sin embargo, la multinacional erró en el cálculo y se ha visto obligada a ejecutar un cierre camuflado para evitar las cuantiosas pérdidas de la factoría de Tarazona. En definitiva, desde agosto del 2006 hasta ayer (fecha en la que vencía el plazo para apuntarse a las salidas voluntarias) Delphi ha dejado en la calle a unos 560 trabajadores solo en Tarazona.

Ayer era día de pocas palabras en el municipio zaragozano. Su alcalde, Luis María Beamonte, no quiso añadir nada más a lo dicho en días anteriores en los que cargó duramente contra la empresa. Y los sindicatos subrayaban que la decisión de los trabajadores estaba "forzada" por parte de Delphi.

El secretario de la Federación del Metal de UGT Aragón, Luis Tejedor, indicó que "desde el año 2000 los trabajadores han defendido su empleo" y recalcó que ahora es importante "poner en valor las instalaciones" a través de algún proyecto industrial. En esta línea se pronunció su homólogo de CCOO, Salvador Salas, que afirmó que el "unico responsable de la situación es la empresa".

Fuentes de Delphi apuntaron que "la multinacional ha puesto a disposición de los trabajadores las salidas y, ahora, la empresa ha de obrar en consecuencia". Los trabajadores, finalmente, no han aguantado tanto desgaste.