Por casi el mismo esfuerzo de pagar un alquiler mensual de 600 o de 1.000 euros (100.000 o 166.386 pesetas) se puede aspirar a comprar una vivienda de entre 209.952 y 325.000 euros (entre 35 y 54 millones de pesetas). Estos son algunos de los ejemplos que ha desarrollado la aseguradora General Electric Mortgage Insurance para demostrar que el acceso a una vivienda está al alcance de muchas familias. Sin embargo, la principal dificultad es la necesidad de contar con un ahorro previo considerable.

En el primer caso sería preciso contar con un ahorro de 63.000 euros (casi 10,5 millones de pesetas) para atender el 20% del valor de la vivienda que no cubre la hipoteca y los gastos ligados a la compra (impuestos y tasas que representan en torno al 10% del valor). En el segundo caso habría que contar con 97.500 euros (16,22 millones de pesetas de ahorro).

Para resolver esta traba, General Electric ha empezado a comercializar en España un seguro de crédito hipotecario que permite que el préstamo alcance hasta el 95% del valor. Este plus conlleva un coste adicional de entre el 1% y el 1,2% de la cantidad asegurada, según explica Juan Fernández Aceytuno, director general de GE Mortgage Insurance España y Portugal. "Hay quien piensa que pagar un alquiler es tirar el dinero. Otros que es mejor no tener ataduras y que, al fin y al cabo, no se van a llevar la vivienda a la otra vida. Hay que dar opciones a todos", opina Fernández Aceytuno.

Otras entidades también empiezan a centrar la oferta hipotecaria en mejorar el acceso a la compra. El BBVA ha lanzado su hipoteca fácil que deja para el final del periodo de amortización el 20% del crédito.

Los ejemplos de General Electric se han desarrollado sobre la base de un contrato de alquiler a cinco años cuyas mensualidades se actualicen según una inflación del 3% anual. La hipoteca que sirve a ambos ejemplos incluye un tipo de interés del 3,72% y un plazo de 30 años.

Con todos estos factores, el pago de un alquiler mensual de 600 euros (que se actualiza al 3% cada año) es equiparable a una cuota mensual del préstamo de 775 euros (129.000 pesetas) si se prorratea, mes a mes, el ahorro fiscal que se obtendrá en la declaración de la renta. Esta capacidad de pago (trasladada a 30 años y un tipo de interés del 3,72%) permite encajar una hipoteca de 167.962 euros (27,94 millones), el 80% de una vivienda de 209.952 euros (34,9 millones de pesetas).

A la hora de conceder un préstamo, el banco o caja debe tener en cuenta la capacidad de pago del cliente. "Hay que valorar los factores que hacen que sus ingresos sean estables. Dónde trabaja, qué tipo de contrato y qué antigüedad tiene, qué cargas familiares soporta...", explica Joaquín Rodríguez de Almeida, de Ibercaja.

En general, las entidades permiten un endeudamiento que comprometa entre el 35% y el 40% de los ingresos netos familiares. En los ejemplos anteriores sólo se concedería una hipoteca si los ingresos netos son de unos 2.000 euros al mes en el primer caso y algo más de 3.000 en el segundo.