Algunas actuaciones han producido sonrojo y debemos reflexionar". El nuevo secretario general de la Unión Regional de CCOO en Aragón, Julián Buey, que ha sustituido en el cargo a Enrique Tordesillas tras las votaciones celebradas el pasado viernes, cerró ayer el IX Congreso de CCOO-Aragón insistiendo en que "las líneas de trabajo confederales y regionales no se contradicen, se complementan", aunque advirtió que "nadie tiene derecho a autoproclamarse guardián de las esencias confederales", en un recordatorio a la intervención de Paulino Martínez en el congreso, competidor a la secretaría general y defensor de la línea que lidera en Madrid el reelegido secretario general, José María Fidalgo.

Buey centró las primeras alusiones de su intervención a "la obligada reflexión sobre la unidad interna, aún considerando que somos un sindicato muy plural y que esa pluralidad la expresamos a veces con excesiva vehemencia". Recordó que "nos queda la frustración de no ser capaces de integrar en ese ejercicio de pluralidad enriquecedora y fértil a una buena parte de las CCOO de Aragón. Es una deuda histórica que todos nos debemos a nosotros mismos". Buey insistió: "No ayudan comportamientos centrados en la difusión de rumores manipulados, en verter sospechas que se saben infundadas. No vale rozar el insulto personal...las amenazas". Pese a todo, Buey definió la esperanza: "Estoy convencido que, en lo sindical, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa".

Hizo un repaso a la situación de los asuntos internacionales más candentes y apostó por una "Europa imbuida de los viejos valores, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad". En el escenario nacional reconoció que "la movilización, la suma de voluntades de millones de personas consiguen cambiar las cosas". De Aragón destacó los problemas de desequilibrio demográfico, los de la sanidad pública y de la educación, así como el reconocimiento de los derechos sociales. Abogó por la integración de los inmigrantes y advirtió de la pérdida de peso del sector industrial, haciendo hincapié en la situación de Moulinex y, en general, de los procesos de deslocalización.

Capacidad de presión y diálogo fueron sus anuncios de futuro, además de proclamar la unidad de acción con UGT.

La cita al trabajo de Enrique Tordesillas levantó aplausos y la Internacional cerró el acto.