El presidente de Acción Social Católica --fundadora de CAI--, José Luis Escolá, subrayó ayer que no advirtió ningún problema en la caja hasta que Rafael Alcázar fue desalojado de la presidencia, algo que les hizo sospechar. "El Banco de España y Deloitte decían que todo estaba bien. ¿Qué íbamos a decir si las cuentas estaban bendecidas?", apuntó a la comisión de investigación. Además, Escolá culpó a Calvera y sobre todo a García Montes del deterioro de la caja y afirmó que cuando se detectaron los problemas el objetivo fue "cerrar una etapa negra" en la caja.