Bankia --la joya de la corona de la banca nacionalizada, en la que el Gobierno tiene empeñadas sus esperanzas de recuperar parte de las multimillonarias ayudas a la banca-- cotiza ya (1,335 euros por acción) casi al precio que pagó el Estado al nacionalizarla (1,35). El Ejecutivo, por tanto, podría en breve empezar a vender parte de su 68,39% sin sufrir pérdidas. Una situación que le ha llevado a empezar a sondear a los grandes inversores de forma preliminar e informal, según distintas fuentes del mercado y la administración.

La agencia Reuters fue ayer más lejos y aseguró que las primeras operaciones podrían producirse en este mismo primer trimestre y que como máximo el Estado se desharía del 18,39%. De esta forma mantendría la mitad del capital y podría seguir pilotando la reestructuración de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, que debe estar completada en el 2017.

Fuentes del Ministerio de Economía, sin embargo, desmintieron que el Gobierno tenga ya "contactos para el proceso de venta, ni un porcentaje concreto ni plazos". Sí admitieron, con todo, que han llegado muestras de interés de inversores de manera "aún informal". Desde el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria se reconoció que hay un "interés general" por Bankia, pero se matizó que "no hay ningún tipo de contacto concreto" por el momento.

Con todo, la fuerte subida de la bolsa en las últimas semanas, y de la banca en particular, ha provocado que el Gobierno estudie la conveniencia de adelantar el calendario de venta de Bankia que tenía previsto hace menos de medio año. A finales del pasado agosto, el ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que habría que esperar unos 18 meses, hasta entrado el 2015 (año de elecciones generales), para empezar a desinvertir.

Ahora, en cambio, no se descarta que la venta (que podría producirse mediante colocaciones parciales en el mercado: directas a inversores profesionales o a través de ofertas públicas de venta) se pueda iniciar a lo largo de este año. De ahí que el Estado mantenga periódicos contactos informales --directos o con la ayuda de bancos de inversión-- para sondear el interés de los grandes inversores por su participación.

El propio Guindos admitió el lunes en el Congreso que la subida de la acción abre un nuevo escenario. "Hace un año, la acción de Bankia estaba en 0,5 euros y hoy está en 1,31. Es un cambio sustancial desde el punto de vista de lo que es la valoración de la posición de la participación del FROB y yo espero, gracias a la buena gestión que se está haciendo y gracias a la mejora de la percepción de la economía española, que eso continúe subiendo. Es decir, la fuente principal de retorno para cubrir esas inyecciones de capital que se han producido tiene que ser la privatización de Bankia. Bankia es el jugador de verdad", mantuvo.

ESTRATEGIA DE VENTA Hace un par de semanas, en una entrevista a EL PERIÓDICO, el ministro confirmó que el Gobierno ha recibido ya "muestras de interés de inversores institucionales extranjeros" por "paquetes" de Bankia. "En los próximos meses se va a definir la estrategia de la privatización. El proceso debería ejecutarse a lo largo de los dos próximos años. Va a depender mucho de la percepción de la economía española, pero creo que la privatización de Bankia va a dar alegrías y tiene que ser la pieza fundamental para que los españoles recuperen gran parte de lo que se inyectó en estas entidades", defendió.

Los planes del Gobierno, eso sí, podrían no coincidir con las preferencias del equipo directivo de la entidad, presidido por José Ignacio Goirigolzarri. El ejecutivo se ha cuidado de no hacer ningún comentario directo sobre un posible calendario. Pero sí ha lanzado mensajes al Gobierno: para recuperar las ayudas públicas (22.424 millones de euros, de los que 17.959 millones proceden de la ayuda europea para salvar el sector) "no es lo mismo privatizar a corto plazo que a medio o largo".

De hecho, si se cumplen las previsiones de los analistas, la bolsa debería seguir subiendo este año, con lo que cuanto más espere el Gobierno más dinero podría recuperar, logrando así su objetivo de enjugar las pérdidas de las ayudas de las otras nacionalizadas.