El Gobierno descarta prorrogar la suspensión del impuesto de generación eléctrica que pasó de gravar con un 7% esta actividad a hacerlo con un 0% y cuya interrupción termina el próximo mes de abril. Se trata de una decisión anunciada ayer por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que hará mella en la factura eléctrica, pues dicha suspensión suponía -junto con la exención del céntimo verde- un ahorro aproximado del 4% en el recibo de la luz que dejará de producirse a partir de abril.

«El impuesto de generación se suspendió durante seis meses y ahora acaba ese plazo, por lo tanto, no tenemos capacidad de maniobra en lo que queda de legislatura, puesto que el mandato de este Gobierno termina el 28 de abril», aseguró a los medios de comunicación Teresa Ribera después de su intervención en la jornada ¿Cómo legislar la transición energética?, organizada por el Real Instituto Elcano.

El Ejecutivo decidió poner en stand by este impuesto durante seis meses a través de un real decreto-ley de medidas urgentes para abaratar la factura que entró en vigor el 6 de octubre del 2018, ante el alza continuada de los precios de la electricidad que alcanzaron su máximo anual en septiembre con una media de 71,30 euros el megavatio hora. Entonces, Ribera anunció como «medida de choque» la reducción al 0% de esta tasa que afecta directamente a las eléctricas e indirectamente a los consumidores, pues las empresas lo trasladan a los clientes a través de la factura de la luz.

El motivo de la temporalidad, según la ministra, era que se trataba de una medida «de alivio» mientras se trabajaba en las «grandes medidas estructurales». Sin embargo, seis meses después, no se percibe ni rastro de las reformas de calado y el impuesto de generación vuelve a su sitio (7%). Ribera aseguró que esta tasa forma parte de una revisión necesaria de la fiscalidad energética, uno de los deberes pendientes para la próxima legislatura.