España crecerá menos de lo previsto este 2018 por la crisis catalana, y lo hará en un entorno europeo marcado por una aceleración económica. Al menos así lo aseguró ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la actualización de sus previsiones: calcula que la economía española progresará este ejercicio el 2,4%, una décima menos de lo previsto inicialmente, por las consecuencias de la «incertidumbre política». España habría cerrado el 2017 con un crecimiento de la economía del 3,1% -sin cambios respecto de lo anunciado en otoño-, según el mismo estudio.

El párrafo que dedica a España el FMI es claro: «El crecimiento en España, que ha estado muy por encima de su potencial, ha sido revisado ligeramente a la baja para el 2018, reflejando los efectos del aumento de la incertidumbre política sobre la confianza y la demanda». De esta forma, el FMI deja el crecimiento para España en el 2018 en el 2,4%, mientras que en octubre del 2017 -últimas previsiones- había estimado una subida del 2,5% del PIB.

De hecho, la revisión en octubre fue precisamente para subir una décima el crecimiento, por lo que ahora simplemente elimina esa décima extra prevista. El Gobierno central había estimado un crecimiento del 2,3% (una previsión que había rebajado tres décimas su anterior previsión por la crisis catalana).

La previsión del FMI para España contrasta con las que hace del resto de Europa. «Las tasas de crecimiento de muchas de las economías de la zona del euro se han revisado al alza, especialmente para Alemania, Italia y los Países Bajos, lo que refleja el mayor impulso de la demanda interna y la mayor demanda externa», afirma el informe. De este modo, el FMI prevé una proyección del PIB alemán para este año del 2,3% (cinco décimas más de lo previsto), del 1,9% en Francia (una décima más de lo anunciado) y del 1,4% en Italia (tres décimas más).

De entre los países que da detalles, España y Sudáfrica son las únicas economías en las que se rebaja su previsión de crecimiento. EEUU crecerá este año el 2,7% (cuatro décimas más de lo previsto), Japón el 1,2% (cinco décimas más) y Reino Unido crecerá el 0,5% (previsión sin cambios).

El economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, afirmó que esperan que «los costes de las incertidumbres políticas» disminuyan, y mencionó la «situación catalana» como un «asunto interno de España». Eso sí, apuntó dos cuestiones para llamar al optimismo: España sigue creciendo por encima de la media por las «reformas del pasado» y que toda la zona euro crece, lo que puede beneficiar las exportaciones.

Las previsiones de crecimiento mundial del FMI para el 2018 y el 2019 «se han revisado al alza en 0,2 puntos porcentuales», hasta el 3,9% en ambos casos.