El abaratamiento del petróleo provocó que el IPC descendiese en noviembre por cuarto mes consecutivo, un 0,4%. La caída fue generalizada en todas las comunidades por primera vez desde agosto del 2009 (0,5% en Aragón).

El descenso se explica sobre todo por el estancamiento de los precios ligados a la vivienda por el abaratamiento de la electricidad, la caída del transporte por el descenso de los carburantes y, en menor medida, por la evolución de los alimentos y la ropa. Además, la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, un índice menos volátil) se mantuvo en el --0,1% por tercer mes consecutivo, una racha sin precedentes.

La fundación de las cajas de ahorro, Funcas, apuntó que el IPC ha bajado más de lo esperado, lo que le llevó a revisar su previsión a la baja y estimar que los precios cerrarán el año con una caída del 0,8% y crecerán el 1% el próximo. Sin embargo, advirtió, si el petróleo sigue cayendo, la evolución sería del --0,9% y el 0,1%, respectivamente.