El presidente del Consejo Regulador del Jamón de Teruel, Eugenio García, expuso ayer su visión de la situación por la que atraviesa el organismo y para ello no escatimó en críticas y acusaciones. En su opinión, los seis miembros que dimitieron el lunes --el vicepresidente y cinco vocales representantes del sector ganadero-- tomaron esa medida para "bloquear la auditoría contable que daría luz sobre las irregularidades en la gestión anterior, puesto que él ocupa el cargo desde el pasado mes de julio, y afirmó que la deuda bancaria de la institución asciende a 400.000 euros. "Han empleado esta casa como si fuera su cortijo y me acusaban de no convocar plenos, cuando eran ellos los que no venían", denunció.

El máximo responsable de la DO turolense también tuvo duras palabras hacia el que fuera gerente hasta el pasado mes de diciembre, Fernando Guillén, quien, aseguró, dificultó su acción de presidencia "desde el inicio de la toma de posesión", negándole documentos y "tratando de que no profundizara en los asuntos delicados de la casa". "Tiene el carné del PP y quería promocionarse como consejero", añadió. Asimismo, reprochó que el sueldo de Guillén fuera mayor que el del presidente del Gobierno, ya que "cobraba 82.000 euros anuales", a los que habría que sumar 35.000 euros en gastos y vehículo propio, cuando en otras denominaciones el que más cobra es 40.000 euros.