Ser mujer y directiva es casi una rara avis pero puede que deje de serlo si las empresas quieren mejorar su rentabilidad. Según un estudio, las compañías que tienen un mayor número de mujeres en puestos directivos son más rentables que aquellas que carecen de presencia femenina.

En concreto, a mayor implicación en materia de género, mayor probabilidad de haber crecido a ritmos superiores al 5%, según el nuevo informe Women In Business 2019: hacia un avance real de Grant Thornton. Esta consultora analizó a través de un índice de sensibilidad en materia de igualdad el comportamiento de las 400 compañías encuestadas, esto es, con preguntas como si tienen un plan de igualdad, objetivos concretos de paridad o el porcentaje de mujeres promocionadas en puestos directivos.

El resultado fue que solo una de cada tres empresas sin implicación femenina (19% del total de empresas analizadas) ha crecido por encima del 5%. En cambio, el 43% de las empresas con escasa implicación (64% del total) aumentó sus ingresos un 5% y el 52% de compañías «moderadamente» implicadas (16% del total) consiguió batir ese porcentaje. Las pocas empresas con un compromiso alto en paridad (1%) aumentaron significativamente su rentabilidad en el 2018.

Una tendencia que, según la consultora, se repite en la mayoría de los países. «El coste de oportunidad de no apostar por equipos directivos mixtos, en términos de retorno sobre los activos, supone una pérdida de casi 580.000 millones de euros en los 35 países analizados. Una evidencia financiera que debe animar a que más empresas apuesten por la equidad de género en nuestro país», advierte la socia de la consultora, Isabel Perea.

Los cargos directivos de las empresas españolas siguen estando primordialmente en manos de hombres. Pero este año se ha conseguido alcanzar el umbral del 30% de mujeres directivas en compañías españolas, cotizadas y no cotizadas. Unas cifras positivas -el mejor dato de los últimos cinco años, tres puntos respecto al año pasado- pero que todavía se alejan mucho de la paridad.

«Los resultados son una foto fija muy realista de la empresa española, que parece haber recogido el guante de un 2018 intenso en reivindicaciones y vuelve a activar políticas de diversidad de género en sus plantillas. Pero la paridad está lejos de alcanzarse», explica la socia de esta consultoría, Isabel Perea. La mujer ocupa al menos un puesto de mando en el 87% de compañías españolas de entre 20 y 500 empleados, una cifra que en 2012 era del 67%.

Para la consultora, el primer paso para avanzar en paridad es mostrar un compromiso real, formal y escrito. Sin embargo, en España, solo un tercio de las empresas (37%) tienen un documento «formalizado» que establece la paridad de género como principio de la organización y un escaso 12% ha dado el paso de fijarse objetivos de paridad en su alta dirección. Según Grant Thornton, en aquellas empresas con este tipo de políticas formales, las mujeres ocupan ya el 35% de los puestos directivos, cinco puntos por encima de la media nacional. Y el paso definitivo viene de la mano de las cuotas obligatorias, que nunca ha sido bien recibida por los empresarios, pues 7 de cada 10 la rechazan.