«El que sea agricultor sabe que esto es así y si no lo asume que se dedique a otra cosa». Son palabras del responsable de frutas de UAGA, Vicente López, que lamenta el daño que han causado a los cultivos las últimas tormentas de granizo en todo Aragón. Porque este año casi no ha habido zonas que hayan salido airosas del pedrisco. Desde el Bajo Aragón hasta La Litera pasando por Vadejalón, los campos de melocotón, nectarina, pera, almendros y viñedos han sufrido el azote del granizo.

Todavía es pronto para hacer un balance definitivo del impacto en la campaña de fruta, pero López considera que la cosecha del 2018 será «un 50% inferior a la del 2017». Las previsiones ya apuntaban a una reducción de entre el 15% y el 20% en el volumen, pero las tormentas han acabado por dar la puntilla. «El año pasado recogimos alrededor de 700 millones de kilos en total y para este no creo que alcancemos los 350», asegura. La fenómenos meteorológicos adversos han afectado este año a Aragón de forma especial. Hace apenas 15 días el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, cifraba las hectáreas dañadas en 179.000, casi la mitad de ellas por granizo. Agroseguro, por su parte, ha cifrado en unos 80 millones de euros las indemnizaciones que percibirán los agricultores aragoneses. De ellas, 30 millones serán para frutales.

Peor año, mejores precios

Por tanto, no es de extrañar que hasta que se dé por terminada la campaña, a finales de octubre, los agricultores miren al cielo y crucen los dedos. «Tengo una finca en la que el granizo ha caído ya tres veces este año», recuerda López. Sin embargo, a los que no ha golpeado el pedrisco saldrán bien parados este año.

La mayor parte de los agricultores «tienen seguro», aunque los más favorecidos serán los que consigan una cosecha razonable, ya que los precios han repuntado respecto al 2017. El año pasado, el melocotón y la necetarina «se pagaban a entre 15 y 25 céntimos el kilo», pero este año «se puede llegar a los 60 céntimos», señala tras recordar la crisis del sector en los últimos cuatro años. El veto ruso a la fruta española, cuya producción se concentra en Aragón y Cataluña, y el incremento de la producción provocó el desplome de precios. Eso este año no sucederá en parte debido al granizo. «Este será un año normal, tirando a malo, para los productores, a pesar de la falta de producto en los mercados, con precios más acordes sin llegar a ser buenos», concluyen desde UAGA.