Francisco González, el presidente del BBVA, ganó 3,85 millones de euros (641 millones de pesetas) el año pasado, según los datos del informe que el banco remitió ayer a la Comisión nacional del Mercado de Valores (CNMV) y en el que se incluyen las retribuciones de todos los consejeros. El astronómico sueldo de González supera en 1,4 millones al de su más directo rival, Emilio Botín, presidente del SCH y uno de los hombres más ricos de España.

El consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, ingresó 3,080 millones de euros (512 millones de pesetas). Muy lejos de su homólogo en el SCH, Alfredo Sáenz, que con una retribución de 4,8 millones es el ejecutivo mejor pagado de la banca.

González recibió como sueldo fijo 1,46 millones y 2,39 como variable. Goirigolzarri cobró como sueldo fijo 1,08 millones y 1,99 millones de variable. El número uno del BBVA ejerce como presidente ejecutivo.

El BBVA tiene además obligaciones contraídas con su presidente en concepto de previsión (plan de pensiones y jubilación) por valor de 28,9 millones de euros (4.808 millones de pesetas) y con su consejero delegado por 23,7 millones. El secretario general del consejo, José Maldonado, que es consejero ejecutivo también, ganó un millón de euros y tiene más de tres millones en previsión. El resto del consejo de administración --de 12 miembros ahora-- cobraron el año pasado 2,9 millones de euros. Cada consejero percibió una cantidad fija de 110.000 euros.

ALARDE FINANCIERO Mientras daba esta información, el BBVA hizo ayer un alarde de fuerza y captó en unas cinco horas los 2 los 2.000 millones de euros (332.772 millones de pesetas) que necesitaba para hacer frente a la ampliación de capital con la que comprará el 46% del banco mejicano Bancomer. La compra, que tiene un coste de 3.291 millones de euros, se financiará, además, con la venta de participaciones industriales y financieras del grupo, y recursos generados durante este ejercicio.

Poco después de las tres de la tarde, los financieros del BBVA no cabían en sí de gozo. Habían conseguido un capital "pata negra", en palabras de un directivo del banco, por los 195 millones de acciones nuevas (6% del capital del banco). La demanda había superado en 1,7 veces la oferta.