El sector frutícola aragonés se reunió ayer en el departamento de Agricultura para buscar soluciones a la sobreproducción de fruta dulce en la comunidad y la consecuente caída de precios que sufre. El consejero Modesto Lobón planteó una "intervención" para sacar del mercado 12.000 toneladas de kilos que se derivarían a los bancos de alimentos y a la industria transformadora para la elaboración de zumos, así como solicitar un "resarcimiento" para los productores a través de los fondos europeos destinados a este tipo de crisis. Bruselas pagaría 0,27 céntimos de euro por kilo, 5 céntimos para el agricultor y el resto, para la transformación.

El exceso de producción actual ha sido provocado por la coincidencia de las cosechas en varias zonas --en Aragón se cultivan más de 17.000 hectáreas de fruta de hueso y el año pasado se produjeron 366 millones de kilos-- y la bajada del consumo, motivado por unas temperaturas estivales menos elevadas de lo habitual. Lobón no supo concretar la partida económica con la que se podrá contar. "Lo importante es que esos fondos se desbloqueen cuanto antes porque existe un excedente de entre un 10% y un 15% de fruta de hueso. No hay plazos, pero cuanto antes mejor porque es urgente", añadió. También desveló que el Gobierno central trabaja en un acuerdo similar.

UN PROBLEMA ESTRUCTURAL Las organizaciones agrarias coincidieron en destacar que se trata de un problema "estructural" que "se repite cada año", por lo que pidieron soluciones a largo plazo. José Manuel Roche, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Aragón, exigió a las administraciones que "se pongan manos a la obra" porque "la situación para los productores es "inviable y dramática". "Se está produciendo a pérdidas porque se paga entre 10 y 15 céntimos por kilo en origen, cuando los costes de producción triplican esa cantidad", señaló. A estas dificultades, Roche añadió la "especulación".

En este sentido, José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, destacó que "solo el 25% de la fruta está en manos de cooperativas" y consideró que "si el sector estuviera más cooperativizado, podríamos llegar al mercado de otra manera más fuerte". En la misma línea, Ángel Samper (Asaja) urgió a las autoridades europeas "más agilidad en la actuación". "No podemos estar dependiendo del mercado y de los operadores. Si la venta al consumidor se hace más directa desde el fruticultor podríamos mejorar esa dependencia. Hay oferta y demanda, pero también especulación pura y dura", denunció. "No compensa lo que nos pagan por nuestro trabajo", lamentó.