Engaño. Fue el término más utilizado ayer por los trabajadores de La Naval de Sestao. En su protesta contra los planes de la SEPI de privatizar el astillero, se enfrentaron a la Ertzaintza con un balance de 16 heridos, uno de ellos con lesiones de carácter grave en un ojo, en una jornada de protesta por sorpresa y la más enconada de todo el conflicto.

El presidente del comité de Empresa, Miguel Angel Asporosa (UGT), consideró "lógica" la reacción de sus compañeros a las últimas negociaciones y avisó de que es "imposible" contener la frustración.

La protesta laboral comenzó a las 7 de mañana. Los trabajadores se congregaron ante las instalaciones del astillero en Sestao y colocaron barricadas incendiarias en la carretera comarcal que une el municipio con Santurtzi. Poco después lo repitieron en las vías de Renfe, a la altura de la estación de Urbínaga, interrumpiendo el trafico ferroviario.

La llegada de efectivos antidisturbios de la Ertzaintza dio lugar a los primeros enfrentamientos, que se prolongaron casi dos horas.

INTERVENCION Cohetes, tuercas, tornillos y piedras lanzados por los trabajadores fueron respondidos con pelotas de goma. En las cargas policiales, resultaron contusionados un total de 16 obreros y uno de ellos, de 56 años, quedó ingresado en el Hospital de Cruces por las heridas en un ojo que precisaron una intervención quirúrgica horas después. Aunque para las 10 de la mañana se recuperó la calma, los incidentes se reprodujeron posteriormente aunque con menor virulencia.

El comité de empresa denunció la "brutal" intervención de la policía. También el secretario general de CCOO de Euskadi, Josu Onaindi, criticó la "agresividad" de los agentes a la hora de reprimir la movilización. Los trabajadores anunciaron que si la SEPI mantiene el plan, su "salida" es radicalizar la respuesta.

Los trabajadores de La Naval apuntaron que las esperanzas abiertas por el presidente del Gobierno el pasado domingo en Bilbao se habían frustrado con el mensaje inalterable de la SEPI. Otros dirigentes sindicales y políticos se unieron a la crítica.

El secretario general de ELA, José Elorrieta, acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de "burlarse" de los trabajadores. Se sumó a la posición del Gobierno vasco, que calificó de "política" la decisión de "sacrificar" La Naval, y dijo que la razón está en la "poca fuerza" del Partido Socialista de Euskadi (PSE). Subrayó que cuando los socialistas deciden ajustes en empresas públicas, las vascas salen perjudicadas por "razones de pura cuota electoral".

El presidente del PNV en Vizcaya, Iñigo Urkullu, se quejó de que Zapatero haya tratado de "engañar" con sus promesas y acusó al presidente de Gobierno de "enredar" a las instituciones vascas en el problema. Recordó que tanto el PSOE como el PP han incumplido la previsión estatutaria que preveía la participación de la Administración vasca en las empresas públicas.

En Galicia, también los 3.000 trabajadores de Izar Ferrol salieron a la calle, al igual que los de la factoría de Fene, que se concentraron ante la sede del PSOE, lo que provocó un corte de tráfico que duró hora y media, según la policía local.

El presidente del comité de empresa de Fene, Jorge Prieto (CCOO), explicó que ayer se confirmó, con la intervención de Zapatero en el Parlamento, "que sus palabras del fin de semana no valen para nada y que apoya la propuesta de SEPI".