Angel Ron Güimil, de 42 años, es desde ayer el nuevo copresidente --y presidente ejecutivo-- del Banco Popular, la tercera entidad bancaria española. Ron sustituye a Luis Valls Taberner que, tras 32 años en el cargo, ayer sorprendió al anunciar su marcha --"dado que una parte del problema soy yo", dijo-- al consejo de administración. Valls seguirá de presidente de la junta de accionistas.

Ron, que ha tenido una carrera meteórica en el banco desde que en marzo del 2002 fuera nombrado consejero delegado en sustitución de Fulgencio García Cuéllar, sucede a Valls en las tareas de consejero "con plenas tareas ejecutivas", como señaló ayer la entidad en el comunicado enviado a la CNMV. También asume la presidencia de la comisión ejecutiva. Ron compartirá la presidencia del Popular con Javier Valls, hermano del dimisionario.

Según la versión oficial del banco, el mítico presidente del Popular se dirigió a los consejeros diciendo: "Tenemos un problema que se va agravando con el paso del tiempo: la gente está preocupada por la sucesión, y por lo que pasará en el banco cuando yo me retire".

"La respuesta a esa pregunta abarca todo el espectro --prosiguió-- desde los que piensan que la pacífica continuidad está asegurada hasta los que pronostican el caos, debido al vacío de poder y a la ambición de los que aspiran a ocuparlo".

RESOLVER PROBLEMAS "Dado que una parte del problema soy yo, resolvamos ahora que está en nuestras manos todas las cuestiones que plantea la sucesión: relevo en la copresidencia por el actual consejero delegado, y sustitución de éste por el actual director general, que en la actualidad es el sistema corriente de cubrir las vacantes en las grandes empresas americanas y europeas", añadió Valls. El nuevo consejero delegado será Francisco Fernández Dopico, un ejecutivo clásico del banco.

Lo sorprendente de las palabras del banquero ante el consejo es que, por primera vez, el Popular --una balsa de aceite de puertas afuera-- y su emblemático presidente reconocían que dentro de la institución hay "ambición" y especulaciones sobre el signo sucesorio.

El hasta ayer copresidente del Banco Popular nunca ha ocultado que es miembro numerario del Opus Dei. Los que le conocen a fondo saben de su fe, autodisciplina, gran catolicismo y están seguros de que el banquero nacido en Barcelona, sólo obedece a las más altas instancias de su conciencia. Ayer cortó de raíz toda tentativa de ambición personal en el grupo bancario, al tiempo que dejó clara su apuesta por Ron, cuatro años más joven que el propio Valls, cuando llegó a la presidencia.

A sus 78 años, Luis Valls está reconocido como uno de los mejores banqueros españoles. Tras conocerse su renuncia, el presidente del BBVA, Francisco González, alabó su trayectoria: "Ha guiado de manera constante la estrategia del banco, situando a la entidad entre las más eficientes, rentables y mejor valoradas internacionalmente". A juicio de su competidor, Valls "ha sido, y sigue siendo, una referencia importante en el sector financiero español".