La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) volvió a cargar ayer contra el cultivo de transgénicos --variedades genéticamente modificadas-- por la contaminación que provoca en las variedades tradicionales que se encuentran cercanas. Así, el secretario general de este sindicato agrario, Javier Sánchez, reclamó una moratoria en Aragón hasta que no se demuestre que la coexistencia de cultivos transgénicos y tradicionales es posible y compatible. Además, instó al Gobierno de Aragón a solicitar al Ministerio de Agricultura para que declare a la comunidad como una "zona libre de transgénicos".

UAGA quiso apoyar estas reivindicaciones en los análisis efectuados desde el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE), que muestran con "datos incontestables" que la contaminación se produce, precisó Sánchez. Una afirmación que también ratificó el presidente del CAAE, Antonio Ruiz, quien presentó "la prueba que lo demuestra".

DEMOSTRACION ANALITICA Ruiz detalló que dentro del Plan de Muestras realizadas, llevadas a cabo por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica, se tomaron muestras de maíz de una parcela de agricultura ecológica, propiedad de Félix Ballarín, agricultor de Sariñena.

La superficie sembrada fue de dos hectáreas y la semilla utilizada era de maíz rojo autóctono de la zona. Finalmente, la analítica concluyó que existía presencia de material vegetal transgénico, en una cantidad del 34% de Maíz BT176, precisó Ruiz.

El propio agricultor, propietario de la parcela contaminada ratificó este caso --primero en Aragón-- y consideró que "si no se consigue que en Aragón se creen islas ausentes de transgénicos seguirá habiendo dificultades". En concreto, esta parcela se encontraba a más de 300 metros de distancia del foco de contaminación, comentó Ruiz. En este sentido, el presidente del CAAE indicó que "los cultivos se contaminan por el polen, que es arrastrado por el cierzo" e, incluso, barajó como hipótesis que ello podría provocar una crisis similar a la de las vacas locas.

Finalmente, tanto Sánchez como Ruiz animaron a que esta situación no provoque un posible "enfrentamiento" entre agricultores ya que, a su juicio, "también son víctimas" de las empresas que venden semillas y del Estado que "es el responsable subsidiario".