Los sindicatos CCOO y UGT en Teruel han recibido con recelo el anuncio del acuerdo de la Unión Europea que fija una tasa del 32 % de la energía renovable en Europa para 2030, porque supone un varapalo más, dicen, para el futuro del sector del carbón y con él, el de las zonas mineras de la provincia.

Para el secretario general de UGT en Teruel, Alejo Galve, no es una buena noticia pero al tratarse de una tasa global, dependerá de la "conciencia política" de los gobernantes de cada país dar más o menos peso a las renovables en el mix energético nacional.

Sobre los fondos anunciados para la reconversión de las zonas mineras, teme que "si llegan en 2020 o 2025 puede ser tarde" si, como en el caso de Teruel, la central térmica de Andorra cierra por falta de inversiones para adecuarse a la normativa ambiental, porque hasta ahora "no ha llegado absolutamente nada" que haga pensar en su continuidad.

De producirse esta situación, el líder sindical y trabajador de la central térmica vaticina una drástica bajada de población en la comarca ante la incertidumbre.

La llegada de la nueva ministra de Transición Energética, Teresa Ribero, no genera buenas expectativas en el sector del carbón, según Alejo: "Esperábamos todos que entrase un partido de izquierdas" para que se produjeron cambios positivos, pero cree que no serán buenos para el sector minero, ya que la ministra "habla de transición energética pero no habla hasta qué años".

En ese sentido, ha criticado que se ponga de fecha de fin al carbón en la Unión Europea entre 2030 y el 2035 pero que haya países como Alemania que han firmado el futuro del sector hasta 2050.

Galve espera ahora que la ministra nombre a los directores generales correspondientes para tratar estas cuestiones y arrojar luz al sector.

También se han pronunciado sobre esta situación el delegado de CCOO en la central térmica de Andorra, Antonio Planas, quien ha dicho que este anuncio de la UE se enmarca en una "crónica de una muerte anunciada", pero ha criticado que no se hayan puesto remedios.

"Queremos una transición justa", ha dicho, pero hasta ahora han recibido "palmadas en la espalda" pero no soluciones en forma de empresas que creen trabajo y eviten el éxodo de la población de las zonas mineras.

Andorra, capital minera de la provincia de Teruel, cuenta ahora solamente con la central térmica que era de Endesa y ahora es propiedad de Enel. "Endesa lleva sesenta años en Andorra y se ha llevado muchos beneficios", ha recordado Planos, por lo que cree que "algo tiene que revertir"