Lo más genial de la campaña que empezó a las cero horas del día de hoy es que, pese a su cercanía con la de las generales, su repercusión en las urnas vuelve a estar envuelta en incógnitas. Existían muchas dudas sobre los pacto poselectorales factibles, sobre todo en lo relativo al emparejamiento PSOE-Cs. Se planteaban no pocas incógnitas sobre la posibilidad de que estas dos semanas permitieran, o no, reconducir sufragios. Pero ayer mismo el CIS, con su macroencuesta (que ahora pocos se toman a broma), rompió todas las predicciones y aventuró que en las dos grandes instituciones aragonesas, el Gobierno autónomo y el Ayuntamiento de Zaragoza, ganarán las izquierdas.

Los augurios del CIS son medio raros. Les dan la vuelta a los resultados del 28-A y aventuran extraños fénomeno como un aparatoso retroceso de Vox, una relativa recuperación del PP y unas mayorías evidentes del bloque de izquierdas PSOE-Podemos-CHA-IU. Tezanos vuelve a jugarse su prestigio. Tras las generales pocos osan discutir su magisterio sociológico. Pero...

... Y LAS EUROPEAS, OJO

Cada uno de los partidos políticos que entrarán en liza lo hace desde la incertidumbre y sin siquiera saber qué alianza podrá imaginar a partir de la noche del 26-M. Es la España de la Segunda transición, que se agita tironeada desde todos los ángulos, desconcertada y, por qué no decirlo, ligeramente aterrada ante un futuro incierto.

Pero se supone que en la próxima cita con las urnas, los dilemas no son tan transcendentes como aquellos que se plantearon en las pasadas generales. Incluso las europeas suelen ser consideradas elecciones de segunda, ante las cuales hay muchos que pasan y otros que agarran la papeleta más provocadora por aquello de romper con los moldes habituales. Por eso el mentor teórico de Vox, el confabulador Bannon, encargado por el nacionalpopulismo norteamericano de reventar la UE desde dentro, confía en situar en el Parlamento Europeo un poderoso grupo eurófobo. El relativo fiasco de Abascal hace quince días no le habrá hecho gracia. Pero confía en la extrema derecha francesa, británica (que el Brexit aún no se ha consumado), italiana, alemana... Y en la española, si no se queda sin gas.

NOMBRES PROPIOS

En las autonómicas y municipales se supone que la ciudadanía conoce más directamente a candidatas y candidatos. Pero también eso es opinable, porque hay listas muy renovadas o simplemente nuevas y otras encabezadas por personajes de perfil bajo. Por ejemplo, Cs, en Zaragoza capital, propone como futura alcaldesa a Sara Fernández, cuyas opciones no hay que desdeñar. Fue portavoz de su mismo grupo durante el último mandato. Pero apenas actuó ni se dio a conocer ni se le ha escuchado alguna iniciativa de interés. Estuvo ahí (que ya es bastante) y ahora será difícil que tire de su marca-partido, pero será mucho más probable que esa marca tire de ella.

En muy pocos días, los partidos habrán de lanzar la imagen de candidatos medio anónimos o borrar la que han dejado quienes les representaron con anterioridad. Sin salir de Zaragoza capital, la primera candidata municipal del PSOE, Pilar Alegría, al frente de una lista donde hay personajes reconocidos y muy solventes, habrá de sobreponerse a la indeseable herencia que le dejan Pérez Anadón y el anterior grupo socialista. ¿Le dará tiempo?

LOS RETOS DE LAMBÁN

También hay en los carteles nombres muy conocidos: Lambán, sin ir más lejos. El actual presidente de Aragón se enfrenta, de entrada, al reto que supone sacar más votos que los obtenidos por su partido en Aragón en las generales. Por supuesto ya no ha de entrar en pugna con su propio secretario general, Pedro Sánchez. Necesitará toda la ayuda e influencia posible para reeditar desde una posición mayoritaria otro pacto poselectoral de izquierdas . Sin olvidar la suma con Cs. Aunque lo de entenderse con estos... de momento no está claro. A priori cabía algún buen intercambio de cromos. Sin embargo Rivera viene descartando cualquier alianza con el PSOE… salvo que en esta formación se libren (otra vez) de su actual líder. Una hipótesis absurda, claro.

En Cs aspiran a casi todo. Contemplan sus resultados del 28-A, y el optimismo les corre por las venas. Aunque no es oro todo lo que reluce. Primero han de superar al PP en votos. Pese a ello, no es fácil que la suma de los dos partidos dé mayoría absoluta. Entonces habrá que lograr pactos a la andaluza con Vox… ¿con Vox? Y ojo a la extrema derecha, que en las generales fueron capaces de colocar un diputado cunero por Zaragoza, pero ante el 26-M, ya no tienen tan buenas expectativas. Hay campaña.