Los candidatos de Chunta Aragonesista (CHA) al Congreso por Zaragoza, José Antonio Labordeta y Bizén Fuster, apostaron ayer por impulsar un paso ferroviario central por el Pirineo y estudiar, de forma simultánea, la posible instalación subterránea de la línea eléctrica de alta tensión España-Francia.

Fuster recordó los "serios problemas" existentes con el paso ferroviario por el Pirineo, conocido como Vignemale, porque "Francia no lo ve prioritario y no está en disposición de abordar esta infraestructura". Sin embargo, y tras señalar que Francia tiene gran interés en la línea eléctrica de alta tensión España-Francia, el número dos de CHA propuso una interconexión entre España y Francia por el Pirineo central que sirva para un ferrocarril de alta capacidad y, de manera simultánea, el soterramiento de la línea de alta tensión.

Asimismo, Fuster avanzó que después de las elecciones generales Chunta emprenderá una campaña para conseguir que el conjunto de la comunidad defienda esta opción, a través de los cinco grupos parlamentarios de las Cortes de Aragón, las Cámaras de Comercio, los ayuntamientos y las diputaciones provinciales por las que discurre el trazado. Según el candidato de CHA, el consenso en torno a esta iniciativa facilitaría su inclusión en el Plan de Infraestructuras del Ministerio de Fomento y supondría "una oportunidad para recuperar el diálogo entre España y Francia".

Por su parte, Labordeta resaltó que Aragón es "uno de los territorios más desestructurados del Estado español", por lo que, durante los últimos cuatro años, ha intentado sacar adelante en el Congreso una serie de proyectos "fundamentales y necesarios" para la comunidad. Entre otras cuestiones, reivindicó el desdoblamiento de la N-232, que sigue siendo "un cuello de botella", y criticó la "lentitud tremenda" del Eje Pirenaico Pamplona-Huesca-Lérida, al tiempo que reclamó el desdoblamiento de la N-II de Alfajarín a Fraga y de Mallén a Figueruelas.

En materia ferroviaria, denunció "el abandono y el olvido" del ferrocarril Canfranc-Olorón, así como el deterioro y la falta de recursos para rehabilitar la estación de Canfranc.