José Luis Rodríguez Zapatero se granjeó la simpatía de cientos de militantes de UGT congregados ayer en su sede madrileña al asegurar: "No quería ser presidente de España sin estar antes en mi sindicato". El mensaje era claro: extender el llamamiento a acudir a las urnas. A cambio del apoyo de los trabajadores, Zapatero prometió contar con ellos en las reformas que planea. Entre otras, una que obligará a los empresarios a evitar la contratación temporal.