Con la mirada puesta en un futuro esperanzador y lleno de oportunidades, Épila no pierde de vista su pasado, sus raíces y sus tradiciones, que están muy presentes en el día a día del municipio a través, por ejemplo, de diversas celebraciones como el Carnaval o la Semana Santa. También la jota y el folclore aragonés tienen un papel destacado en la cultura y patrimonio epilense.

En el caso del Carnaval, el de Épila es uno de los más populares de la provincia de Zaragoza. Durante esos días de celebración las calles de la localidad se llenan de mascarutas , unos personajes cuya tradición se remonta más de 200 años, y cuyo principal rasgo es llevar la cara tapada para que nadie pueda reconocer a quien se esconde debajo, dándole así libertad para actuar.

Año tras año la localidad de Épila celebra estos días de Carnaval con concursos de disfraces, de mascarutas , de murgas… Aunque el covid también ha supuesto un parentésis en esta fiesta y este año muchas actividades se realizaron de forma virtual y el Domingo de Pilata, último día de lo que hubieran sido estas celebraciones, se realizó la quema del Zaputero, pero sin presencia de público.

Además, la localidad zaragozana se prepara estos días para vivir otro de los momentos más esperados del año, la Semana Santa, que de nuevo volverá a estar marcada por la pandemia.

Pero estos días de Pasión el municipio cuenta también con enraizadas tradiciones. Destaca el Viernes Santo, en el que se rememora El Descendimiento de la Cruz , el Santo Entierro , el Lavatorio de las Tres Marías y el Sellado del Sepulcro . Además, Épila lleva a cabo el conocido como Encierro del Alcalde entre el Jueves y el Viernes Santo. Durante esos días el regidor epilense se encierra para guardar las llaves del Sagrario y no puede salir a la calle. Una tradición con 400 años de historia.

JOTA Y FOLCLORE. Y Épila es también sinónimo de jota y de folclore. De hecho, se dice que el primer cantador de jota conocido, Vicente Viruete Redondo, llamado artísticamente El Tío Chindribú nació en esta localidad de la Comarca de Valdejalón donde comenzó a cantar hacia 1840. Tras él siguieron otros como Domingo Martínez Gracia Carrachín , Eustaquio Viruete el carabinero o Francisco Rodríguez Redondo. Un legado jotero que hoy en día se mantiene muy vivo gracias a la labor de la Asociación Cultural Zaraza y su Escuela de Jota Estilos d’Epila, con grupos de canto, baile infantil y de adultos y una rondalla.

Además, el municipio quiso dar su apoyo de forma oficial a la candidatura de la jota como patrimonio de la Unesco. Así, en un pleno municipal extraordinario y muy emotivo en febrero del año pasado el Ayuntamiento de Épila aprobó dar su apoyo a la inscripción de la candidatura de la cultura de la Jota Aragonesa en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco iniciada por la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón.